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"Me gusta que mis espectáculos tengan un mensaje"

Víctor Ullate: "La juventud es el futuro, pero el presente son las personas de mi edad"

El coreógrafo y bailarín Víctor Ullate (Zaragoza, 1947), afronta un reto mayúsculo: la revisión actualizada del mito romántico de "Carmen". El espectáculo gira hasta finales de año por teatros de toda España.

-¿Qué es lo que le decidió a revisar este mito romántico?

-Yo siempre he tocado el tema de lo español, y por eso mismo siempre me han dicho que tendría que hacer una "Carmen". Pero siempre me resistí, porque creía que estaba muy grillado: se han hecho muchas "cármenes". Pensaba que, si alguna vez hacía una "Carmen", tenía que ser algo diferente: sin cigarreras, sin bandoleros, sin toreros ni nada de lo que estamos acostumbrados. La tenía que mostrar como una mujer muy liberal, sin complejos, que ama y que le gusta jugar con los hombres. Así llegué a la idea de "Carmen" como una modelo de alto "standing" que, por las noches, necesita liberarse y conocer tíos. Y da la casualidad de que se tropieza con Don José y se enamora. Relativamente, porque quiere tener su libertad y enseguida se cansa.

-Era necesario, entonces, situar la obra en nuestra época...

-Sí, y había que hacer que tuviera mucho glamour. El "pam parabarabarabán" (se refiere a "La marcha de los toreros") es un desfile, que lo he grabado en la sede de la SGAE, el palacio de Longoria. Tengo que agradecerle mucho a la SGAE que me cediese el espacio para hacer el desfile, que en la obra lo proyectamos. Porque Don José está en la cárcel y recuerda sus vivencias con Carmen.

-Un flash-back...

-Eso es. Se trata de recordar la vida, recordar momentos. Pero también está la historia de Don José preso, representado por una abogada que está enamorada de él y le quiere salvar de la muerte, un papel precioso. Realmente, cuando tienes personajes tan característicos te dan muchas posibilidades. Y luego yo tengo unos intérpretes magníficos. La creación de "Carmen" la he hecho con Marlen Fuerte, que es mi musa y es Carmen hasta los poros. Aunque en una parte de la gira el papel lo interpretará Lucía Lacarra, una bailarina maravillosa que además quería participar en esta obra. "No hay un paso que no quieras decir algo con él", me decía, y es algo que me ha halagado porque ella ha bailado muchas "cármenes". Y a Don José lo interpreta mi hijo, Josué Ullate, que es un prototipo de Don José, con presencia y "sex-appeal".

-Dice que el desfile será una proyección, ¿combina la imagen cinematográfica con la danza?

-Sí, durante la danza hay proyecciones, del mismo modo que en su día había decorados. La tecnología avanza a pasos agigantados y no puedes estar a lo mismo que hace veinte o treinta años, que ibas a los sitios con veinte decorados y un trailer. Hemos avanzado, y es un placer, porque estas nuevas tecnologías son una maravilla, te dan una cierta dimensión.

-Por esa temática vinculada a la moda y por las imágenes que han difundido, parece que el vestuario juega también un papel central...

-Y no se han visto los modelos que pasan por la pasarela, que son espectaculares, muy modernos. Anna Güell ha echado el resto, y no ha sido fácil porque yo no quería modelos de pasarela normal, sino modelos que fueran un poco Jean-Paul Gaultier: muy vanguardistas, muy futuristas. Le di esa pauta y ha hecho su propia creación. La aparición de Carmen en la pasarela es espectacular.

-La introducción de nuevas tecnologías, ¿puede ser una manera de atraer a un nuevo público a la danza?

-Eso es algo que siempre he tratado de hacer. La juventud es el futuro, pero el presente es la gente de mi edad a la que le gusta el teatro, el cine, la ópera, el ballet. Y me gusta hacer ballets que, cuando salgan de mis espectáculos, los espectadores digan: "si esto es danza, a mi me encanta la danza". Me lo han dicho montones de veces, y es el mejor piropo que me han hecho. Porque a mí siempre me ha gustado transmitir, que mis espectáculos tengan un mensaje y la gente sea feliz durante las dos horas que duran.

-¿Qué hace falta para que en España la danza tenga el estatus de otras artes?

-Son muchas cosas. Primero, que la danza esté presente en la educación. Que haya teatros con compañías de ballet, que no sean teatros vacíos, sin cuerpo de baile, sin cuerpo de coro? como ocurre en cualquier otro teatro de ópera. Si nosotros tuviéramos un solo teatro con una compañía estable, habría muchos buenos bailarines que no se hubieran marchado al extranjero. Porque, obviamente, los bailarines quieren una estabilidad. Espero que cambie con el tiempo, pero se necesitan presupuestos y aportar dinero a la cultura, tanto estatal como privada, con una Ley de mecenazgo. Pero vamos avanzando: la primera vez que actúe en Sevilla tenía 18 espectadores, y la última, con "El amor brujo", colgamos el "No hay billetes" en La Maestranza. Eso demuestra que hay público. Y también hay muchas personas que no han visto nunca ballet y, tras acudir a un espectáculo, descubren algo maravilloso, que es la danza.

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