Científicos del Centro Nacional de Biotecnología y el Instituto de Física de la Materia Condensada de la Universidad Autónoma de Madrid han descubierto los mecanismos moleculares por los que el ADN se enrolla sobre sí mismo al estirarlo, mientras que cuando se hace con el ARN se desenrolla.

Ambas moléculas son muy similares pero cuando se les aplica una fuerza "se comportan de un modo totalmente diferente", según han reconocido los autores de este trabajo que publica la revista "Proceedings of the National Academy of Sciences" , en el que han simulado ese proceso con ordenadores superpotentes para "poner la lupa" en su estructura atómica y entender su comportamiento. "Ni el ADN ni el ARN son esas estructuras lineales perfectas que nos muestran los libros. Para realizar correctamente su función biológica necesitan estar sometidos a giros, torsiones, estiramientos, y otras fuerzas físicas muy específicas", ha explicado Alberto Marín, autor del trabajo. Como resultado de estas fuerzas se producen cambios locales en la estructura de la molécula para facilitar o impedir la unión de determinadas proteínas a puntos concretos del ácido nucleico.