"Los caladeros están llenos de pescado y sin embargo, hay quienes continúan diciéndonos que tenemos que tener cuidado con lo que pescamos porque vamos a quedarnos sin recursos pesqueros". Así de contundente se mostró el invitado de ayer del Club FARO, Valdemar Aveiro, capitán portugués especialista en la pesca del bacalao, que repasó la historia de esta pesquería y habló de su presente y también de su futuro, uno futuro que no augura nada bueno. "Los políticos y la Unión Europea están destruyendo las flotas (pesqueras) y aún dicen que tenemos que tener mucho cuidado con las cuotas si no queremos quedarnos sin pescado. Y no puedo entender que digan esto cuando hay tanta gente en paro", afirmó durante su intervención en el Auditorio Municipal do Areal, que fue presentada por José Manuel Muñiz, presidente de la Asociación de Titulados Náutico-Pesqueros (AETINAPE).

El invitado del Club FARO aseguró que esta advertencia sobre la escasez de recursos marinos es falsa. Es más, según Aveiro los caladeros de pescado están llenos. "Hay tal cantidad de pescado que se están comiendo a sus crías", advirtió el capitán de pesca portugués, de 83 años, que añadió que esto supone un serio problema para el medio marino. "Quienes siguen empeñados en que creamos que no hay suficiente pescado, nos dicen también que hay un problema con el pescado pequeño, que no hay. Y no hay porque los peces grandes se están comiendo a los pequeñitos", insistió.

Tampoco es cierto, añadió, que el problema de la escasez aludida se deba a los ciclos de reproducción de los peces. No al menos en el caso del bacalao. "Es falso que el bacalao solo se reproduzca una vez al año. Además, la hembra del bacalao pone entre siete y ocho millones de huevos, aunque no sobreviven todos, por supuesto", explicó.

El conferenciante se enroló a los 15 años como mozo en un barco de pesca de bacalao con los "Doris", un duro sistema de pesca portugués, y a los 21 años se tituló como capitán de la Marina Mercante. Ha dedicado toda su vida profesional a la pesca del bacalao en aguas de Terracota, hasta que se jubiló, como capitán del buque insignia de la flota portuguesa de pesca "Coimbra". Hasta ese momento, navegó a lo ancho y largo del océano Atlántico en busca de los mejores caladeros y también por otros mares del mundo, y ahora es un cronista de la historia de la pesca del bacalao de la mitad del siglo pasado.

Erudito conocedor de la historia de la pesca del bacalao desde el siglo XVIII, ha publicado cinco libros sobre una pesquería que durante años fue parte fundamental de las economías portuguesa, gallega y vasca.

Aveiro aseguró que cuando él comenzó a faenar en aguas de Terracota, la concentración de barcos en los caladeros era tal que había momentos en que llegaban a haber hasta un centenar con rumbos cruzados. El número se fue reduciendo a medida que se fueron reduciendo el límite exterior del mar territorial, hasta llegar a las 200 millas marinas. "A partir de entonces, la cosa empezó a complicarse", dijo.

Aveiro recordó cuando aún se les permitía pescar dentro de las 200 millas de la costa, pero pagando una licencia. "Pagabas una licencia para pescar dentro durante tres días y pasado este tiempo, tuvieras o no capturas, te echaban. Esto era una pesadilla", reconoció.

Durante los años que pasó embarcado, siempre dedicado a la pesca de arrastre, también ha sido testigo de naufragios, como el del "Santa Mónica". Aún así, continúo embarcado. Tampoco la dureza del oficio le disuadió para quedarse en tierra. "Hablar de la pesca del bacalao es hablar de una saga heroica", dijo refiriéndose a los cientos de marineros que hicieron de esta pesca su modo de vida.

A esto, se sumaría después las reducciones en el número de capturas de la Unión Europa. "Las cuotas miserables nos han perjudicado a todos", aseguró. Y por último, las plataformas petrolíferas, que limitan también la zona pesquera.

La política pesquera no ha beneficiado precisamente a las flotas pesqueras, ni a la gallega ni a la portuguesa. "No sé cuántos barcos tenía la flota española. Sé que era una de las más importantes del mundo. La portuguesa es mucho más pequeña, pero llegó a tener 77 barcos de pesca. Hoy no tenemos más de once, y no todos son portugueses, sino holandeses", dijo el ponente, que añadió que hoy en día nada de sorprende.

El conferenciante estuvo hace tres días en el Parlamento portugués precisamente para hablar sobre la situación de la flota pesquera portuguesa como experto en la materia.