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Tomás Alonso: "En Londres, mi set de licor café gustó como idea simpática"

El colaborador de Camper e Ikea niega considerarse un artista

Tomás Alonso, ayer en el Gaiás, con sus sillas V&A. // Xoán Álvarez

Pisar las tiendas de la marca Camper en Génova, Glasgow, Londres o Tesalónika supone entrar en un mundo donde el diseño actual no solo se encuentra en los zapatos sino también en el propio estilismo del espacio. Forrados en azulejos 10x10, predominantemente blancos, estos locales comerciales destacan por la sencillez, la pureza, los efectos ópticos de perspectiva pero también por las mesas, bancos, sillas y expositores, todos diseñados por el vigués Tomás Alonso donde la madera y el metal compiten con la cerámica.

El trabajo de este gallego también ha sido vendido por los vigueses Sirven (la icónica mesa Val do Barco) o Ikea cuando en 2014 diseñó tres productos para la marca sueca, entre ellos, una caja de madera a la que le faltan tres laterales; para un año después aliarse con Swarovski brillando con sus luminarias y accesorios de escritorio.

Precisamente, en su trabajo en madera se ha fijado la Cidade da Cultura para elegir sus sillas V&A que se pueden ver hasta noviembre en la exposición "Da árbore á cadeira". Estos asientos -hechos en honor y por encargo del Victoria & Albert Museum de Londres- están realizados a partir de un tubo de acero doblado y una estructura de madera que soportan placas de madera reciclada de techos victorianos.

Precisamente, en Londres, lleva afincado este vigués desde hace años después de rodar por distintos países para su formación. "Un diseñador tiene que ser una persona que se cuestione las cosas, que intente salirse de la perspectiva obvia y buscar otras. Para entender cualquier proyecto, desde cuantos más ángulos lo puedas ver, mejor lo vas a entender y mejor solución vas a proponer. Viajar es una manera buena de tener estos tipos de ángulos, enfoques, culturas. Te abre los ojos para ver las cosas de maneras distintas", explicaba ayer desde Compostela donde participa hasta hoy en las jornadas académicas sobre diseño contemporáneo 'Da árbore á cadeira' en el Gaiás.

En Galicia, profesionalmente, se siente "un extranjero" como diseñador, un oficio que considera como "una labor manual, además de intelectual de generación de ideas. Diseñar es el conjunto de todas estas cosas, de cómo puedes hacer un objeto mejor o más adecuado".

Aún así, queda una duda viendo su obra. ¿Es el juego con los materiales y formas la principal baza de su trabajo? Para Alonso, no. "La principal baza es intentar proponer soluciones consecuentes con el objetivo del proyecto. Mi interés principal como diseñador es proponer buenas soluciones a problemas. La forma es muy importante pero un objeto es bueno cuando combina un buen material, su uso, su forma, cómo convive con otras cosas alrededor", apunta.

Con la mente puesta en siglos y décadas pasadas que han dejado como herencia movimientos de creación y estilísticos perfectamente reconocibles, Alonso responde a la duda de si estos principios del XXI tan deslabazados lo son o solo es un espejismo. "Estamos en un momento histórico, social, económico bastante tumultuoso. No se sabe por dónde van las cosas no solo en diseño. Eso hace que sea más difícil llegar a tener un reconocimiento de algo particular del momento. Las cosas cada vez tienen más matices. Es más difícil que haya un movimiento como había en el siglo XX", responde.

Frente al piropo que críticos especializados le ofrecen al señalar que hace arte con cada objeto, Alonso responde con una risa:"Nunca me consideraría un artista. Un diseñador es una persona que trabaja en un proyecto con una idea que parte de otros, no de él. No intento hacer arte con lo que estoy haciendo. Creo que acaba en galerías porque a los diseñadores nos permiten probar cosas que la industria no podría hacerlo en el mercado porque costaría mucho".

Una de las piezas que acabó en una muestra y que conecta con Galicia fue el set de licor café. "Es un objeto -rememora- que no se industrializó a gran escala. Lo diseñé para una exposición de comisarios amigos sobre el tema de café y amigos. Decidí exportar a Londres la idea del licor café. Gustó a la gente por simpático y, además, el licor café de la botella lo hace mi padre".

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