Domingo Villar fue desgranando algunas de las claves literarias de "Te espero en la última esquina del otoño" y leyendo algunos párrafos en los que Casilda Sánchez Varela habla también de literatura, de creatividad artística y de la fama a través de su protagonista, Chino, a quien una novela, "Los muertos felices", le catapulta a la fama. El concepto que la escritora y periodista tiene de la creativad la heredó de su padre, Paco de Lucía. Así se lo reconoció ayer al escritor vigués. "Mi padre estaba lleno de inseguridad y creía que la duda era la base de la creación. Él creaba como una manera de búsqueda", explicó. Y esta es la suya también.

La bondad es un término al que Casilda Sánchez recurre a menudo a lo largo de esta historia de amor, una virtud que está, dijo, infravalorada. "Son de estas cosas que, como no brillan demasiado, han acabado casi en desuso y me parece que es la virtud por excelencia, por encima de la inteligencia, de todas las demás", comentó.

Otro aspecto que destacó Domingo Villar de esta ópera prima es la reivindicación que hace su autora del "ser" por encima del "hacer" y del "tener", de valorar a la persona por lo que es y no por su condición social, algo que se refleja a través de las distintas clases sociales a las que pertenecen sus protagonistas.

"Te espero en la última esquina del otoño' reivindica el amor condicional, y está lleno de amistades y de compañías hasta el último aliento", dijo Domingo Villar sobre esta novela, que reconoció que le había sorprendido. "Aunque como todas las primeras novelas, como todos los primeros amores ya que estamos hablando del amor, es imperfecta, está llena de tesoros. Es un libro que habla del amor, de la familia; un libro que habla desde el corazón", afirmó el escritor.