Su último destino como ingeniero en Telecomunicaciones fue Vigo. Aquí conoció la mala noticia que precipitaría su cambio de rumbo: David Calle se quedó sin trabajo y volvió a dar clase a una academia. Pocos años más tarde, la labor de su portal "Unicoos" le valió ser elegido por Google como el canal con mayor impacto social de España. Precisamente "Unicoos o como darle una vuelta a las clases" será la temática sobre la que impartirá una conferencia en el I Foro de Educación de FARO DE VIGO, que se celebra en el Auditorio Mar de Vigo el 27 de mayo. Hoy David Calle hace de su vocación un entretenimiento que representa un auténtico apoyo para muchos estudiantes de la rama científica. Mediante vídeos subidos a YouTube, ofrece ejercicios resueltos, explicación y resolución de problemas matemáticos, teoría... Todo ello a modo de tutorial. A día de hoy, su canal tiene casi 900.000 suscriptores.

- La difusión de vídeos ha supuesto una revolución a la hora de hacer los deberes, entre otros frentes educativos.

-Hay millones de vídeos en internet. Es muy bueno para la Educación y puede sumar muchísimo a la labor de los profesores. Primero, porque el vídeo en sí mismo tiene un gran poder y es una herramienta que los alumnos de hoy en día usan muchísimo, pero también hay que explicar por qué mis vídeos son más virales que los demás. Muy probablemente, porque les aporto pasión y energía. Trato de que los chicos relacionen la ciencia con el mundo que les rodea, o de acercar las ciencias a sus pasiones. Por eso explico Física con superhéroes, o trato de que vean que soy una persona normal, su amigo y su compañero de viaje. Y si me confundo en una explicación, no pasa nada. A mí no me gustan los profesores que parece que nunca se equivocan y a quienes sus alumnos ven como alguien muy lejano.

- ¿En dónde cree que reside la diferencia fundamental de sus clases?

-La forma diferente en la que doy mis clases pasa por un rotulador, una pizarra y ser yo mismo. Repito: creo que les aporto pasión y energía. Y quiero que vean que las ciencias 'molan', que están ahí y que les pueden ayudar a mejorar el mundo.

- Estar nominado al Global Teacher Prize este año, ¿ya ha sido todo un premio?

-Me nominó la gente que me sigue, mis alumnos. Luego me llegó un mail de la organización pidiéndome que lo validara y me postulara y pensé que no me elegirían porque no cumplía algunos requisitos: no doy clase en ningún instituto... Pero al fin y al cabo es un proyecto global y creo que valoraron no solo el canal, sino la página web: Allí, de forma gratuita hay un montón de vídeos e información. Es el canal más visto de la materia en España, y casi en el mundo de habla hispana. El premio, como siempre digo, son los chavales y sus padres que todos los días me envían mensajes increíbles. Los alumnos lo tomaron como un premio suyo, no mío, y eso es una pasada. Estaban más contentos que yo, casi. La experiencia misma de ir a Dubái y conocer a profesores de todo el mundo también fue muy gratificante.

- Su vocación representa un ejemplo a seguir, también porque las cosas no siempre le fueron bien.

-Sí, yo me quedé en el paro con 30 años. Ese fue el momento conflictivo: cuando era ingeniero y me quedé desempleado. De hecho, mi último destino fue Vigo. Viví en Vigo una temporada? Y en Asturias. Trabajaba en una consultora para un proyecto de Telecomunicaciones. Entonces volví a la misma academia en la que había trabajado cuando estudiaba en la Universidad, como profesor, pensando que iba a estar solo hasta que me saliera otro trabajo de ingeniero. Porque un ingeniero gana mucho más dinero y tiene más prestigio... esa desafortunada imagen que se tiene de los profesores en España. Pero descubrí que lo que realmente me apasiona es dar clases y montar mi propia academia. Lo hice hace casi 13 años y me fue bien.

- Y luego llegaron los vídeos.

-Hace seis años me puse a grabar vídeos porque no me daba tiempo de explicarle a los chavales todo lo que necesitaban y porque se fueron la mitad de los alumnos, por culpa de la crisis. No es que pensara en ganar dinero en YouTube, es que me daba mucha pena que se hubieran borrado la mitad de los estudiantes y que yo no pudiera ayudarles, porque sus padres se habían quedado en el paro. De hecho, yo en YouTube no gano mucho dinero. Si hubiera sido con una motivación económica no hubiera elegido esa solución, ni mucho menos. Pero pensé que ayudarles sería importante y trato de ayudar a mis alumnos.

- ¿Cuáles son los retos que afronta la educación en este momento?

-Lo fundamental es coger todo lo bueno que tiene el sistema educativo tradicional, que es mucho, y adaptar ese sistema a la sociedad en la que viven nuestros estudiantes. Porque la sociedad en la que viven nuestros alumnos no tienen nada que ver con la nuestra de hace 30 años. Cuando yo estudiaba no había Google, internet ni redes sociales. No había YouTube, no tenían 25 canales de televisión, películas, series gratis... Y hoy, tampoco tienen los mismos valores de sacrificio y esfuerzo. Esta generación es menos tolerante al fracaso.Y, sin embargo, el sistema educativo sigue siendo el mismo. El siguiente reto educativo es que los partidos políticos se pongan de una vez de acuerdo, escuchen a las partes implicadas, a los profesores, directores de instituto, familias, alumnos? Y lleguen a una solución que satisfaga a todos lo más posible, que no haya que estar cambiándolo todo cada cuatro años.

- ¿Un pacto por la Educación?

-Sí un pacto estable, y dejar de hacer experimentos. No se pueden hacer experimentos con nuestros alumnos ni con nuestra sociedad. Cambian planes de estudio, se sacan los exámenes de la manga, luego los quitan? Y luego permiten que un alumno que ha suspendido todas, pueda pasar de curso. Deberían de escuchar a todas las partes y, por fin, hacer un proyecto estable que dure más de cuatro años.

- ¿Cuál es la anécdota que recuerda con mayor admiración?

-Ejemplos positivos hay muchos. Voy a recordar dos: el primero que es muy emotivo. Una chica de Guatemala me escribió para decirme que con lo que se había ahorrado en una academia, su padre podía haber construido un pozo de agua en su pueblo. El otro, es de la madre de un invidente, que me da gracias porque con mis vídeos ha conseguido entender las Matemáticas. Los comentarios son alucinantes. Me dan las gracias todos los días varias veces por haber aprobado. Y como ejemplo de esfuerzo, destaco el de un alumno presencial que tuve este año. Venía de EE UU y tenía un nivel bajísimo; era imposible que pudiera aprobar... ¡Y aprobó primero de Bachiller! Se lo ha currando muchísimo. Yo siempre les digo que si se esfuerzan a tope pueden hacer todo lo que quieran.

- ¿Extraña su vida de ingeniero?

-No. Mi vida de ingeniero era estupenda: conocí muchísimas ciudades de España y lo disfruté muchísimo. Pero no cambiaría ser ingeniero por ser profesor. Me encanta lo que hago y me da la vida.