Este proyecto, financiado con un millón de euros del Plan Estatal de Investigación Científica e Innovación dentro del programa Estatal de I+D+i, pretende también poner en cultivo nuevamente zonas que tienen potencial para producir leguminosas y cereales con nuevas variedades. "En España se han abandonado muchas zonas de cultivo y muchas de las producciones que compran las empresas de snaks las compran fuera de España. Una de las ventajas que tiene el snak es que tiene un valor añadido, lo que también es un mayor valor añadido para el productor", explica Marta Santalla. En este proyecto, que está previsto que finalice en 2019, se unen de forma transversal la investigación básica con la aplicada una visión orientada al mercado y al cliente. "Se trata de obtener alimentos que satisfagan la demanda del consumidor, cada vez más preocupado en que los alimentos que toma además de alimentarlo le aporten algo más nutricionalmente", argumenta la científica del CSIC.
