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La tentación de fumar se viste de fiesta

Los grupos de fumadores y la socialización en bodas y comuniones son dos factores que pueden provocar la recaída en el tabaco, especialmente si el exfumador es reciente

Dos mujeres, fumando en la calle. // Iñaki Osorio

Bodas y comuniones, de los que ahora comienza la temporada, y otros acontecimientos sociales como bautizos y funerales pueden suponer una dura prueba para el exfumador, especialmente si no hace mucho tiempo que abandonó el tabaco o si está deshabituándose. En este tipo de reuniones no es difícil bajar la guardia y aceptar el cigarrillo que ese amigo o familiar, a quien hace tiempo que no se ve, ofrece sonriente.

Cuando se quiere dejar de fumar, no salir un fin de semana para evitar esas situaciones en las que se fumaba es una medida efectiva. Sin embargo, no siempre se puede evitar acudir a una boda, una comunión o un funeral. Sin embargo, también existen estrategias para que el acceso a tabaco no pille por sorpresa.

"El exfumador tiene que prever que probablemente consuma alcohol y va a tener ganas de fumar, y que se vaya a acordar de cuando era fumador y fumaba en ocasiones como esa. Hay que prevenir porque si no te viene todo de golpe y vas a aceptar ese cigarro que te ofrecen", asegura el doctor Xulio Castañal, médico de Atención Primaria y especialista en tabaquismo.

El médico gallego recomienda evitar aquellas situaciones que pueden incitar al consumo de tabaco como unirse a los fumadores cuando salen a fumar. Y en caso de que no pueda evitarse, retirarse si la ansiedad por fumar es muy fuerte. "Las ganas de fumar son como las olas, duran 90 segundos. Puedes excusarte e ir a otro sitio, y cuando se hayan pasado las ganas volver más reforzado en tu situación de no fumador", explica.

El especialista insiste en la importancia de reforzarse en la situación de no fumador para vencer la tentación de fumar. "Si estás a punto de encender un cigarrillo recuerda todo el esfuerzo que hiciste para dejarlo y que si vuelves a fumar tendrás el mismo trabajo para dejarlo de nuevo", advierte.

No obstante, en el caso de que la tentación venza, no hay que darse por vencido. "Hay exfumadores que si se fuman un cigarro dicen: 'Soy un a calamidad, un débil... no debería haber fumado pero lo he hecho así que ya sigo fumando'. Pero no es lo mismo fumarse un cigarro en una boda que volver a fumar. Si bien es cierto que después de fumar un cigarro tiene muchas más posibilidades de recaer, también puede reforzarse al día siguiente, recapacitando sobre los criterios que tiene para dejar de fumar y qué problemas tenía cuando fumaba", explica este especialista.

El médico recuerda que una de cada dos personas que ha comenzado a fumar de adolescente y que ha continuado fumando muere con una pérdida de vida media de diez a quince años. "El tabaco tiene, además de nicotina, 4.000 sustancias más, que causan enfermedades terribles como el cáncer, infartos de miocardio...", argumenta.

Y si las bodas y comuniones son una tentación, los funerales aún lo son más. "Esto es porque se genera una situación de estrés que te provoca esa misma ansiedad que tenías cuando estabas una hora sin fumar y se pasaba cuando encendías un cigarro. Pero en estos casos no hay que olvidar que el problema no va a desaparecer y al contrario, vas a tener dos problemas: el que te provocó la ansiedad y volver a fumar", alerta.

El fumador tiene que tener en cuenta que el peligro de recaída existirá siempre y que tontear con el tabaco podría suponer recaer en la adicción. "Como el alcohólico, el fumador será fumador siempre porque la nicotina es una droga muy adictiva, aunque también es verdad que cuanto más tiempo lleve sin fumar, menor será la probabilidad de que tenga ganas de fumar", explica el especialista, que en su consulta ha tratado casos de pacientes que después de doce años han vuelto a fumar.

Seis consejos para evitar la tentación

  • Abandonar el tabaco no es fácil, pero sí posible. Lo avala el hecho de que cientos de personas lo consiguen cada año. Sin embargo, celebraciones sociales como bodas, comuniones, bautizos y funerales pueden hacer fracasar esta empresa si el exfumador no tiene suficientemente reforzada su situación de exfumador. Sin embargo, también hay estrategias que pueden hacer más llevadera esta tarea. | No bajar la guardia. Si es exfumador tiene que saber que nunca estará libre sufrir una caída, es decir, de aceptar un cigarro, lo que aumenta las posibilidades de que recaiga en el tabaquismo. No acepte nunca un cigarro. | Prepararse. Tenga en cuenta que probablemente se acuerde de cuando fumaba en las celebraciones sociales y que puede que tenga ganas de fumar. Tenerlo presente evitará que si alguien le ofrece un cigarro le pille por sorpresa y lo acepte. | Contar con aliados . Contar al entorno más cercano, familiares y amigos, que se ha dejado de fumar o que se está intentando puede resultar de gran ayuda porque tratarán de evitar las "situaciones de riesgo". | Evitar los grupos de fumadores. Durante los acontecimientos sociales, los fumadores suelen juntarse a la entrada de las celebraciones para fumar. Evitar este tipo de reuniones es una buena estrategia para evitar caídas. Y en caso de no poder eludirlas, siempre se puede retirar si comienza a sentir ganas de fumar. | Reforzarse. Recordar las motivaciones por las que abandonó el tabaco, cómo se sentía cuando fumaba y las muertes prematuras que provoca el tabaco son otras herramientas disuasorias. | Las ganas duran segundos. Si siente deseos de coger un cigarro, recuerde que la ansiedad por fumar dura segundos, a lo sumo unos minutos. Ocupe su mente en otra cosa y esta habrá desaparecido sin darse cuenta.

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