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Día Internacional del Libro

La magia sin edad de la lectura

Expertos gallegos recomiendan no presionar a los niños para aprender a leer a un año determinado - Algunos especialistas creen que fijar una edad podría frustrarlos

Niño pequeño iniciándose en la lectura. // FdV

"Hay niños que, a la edad de cinco o seis años, no están preparados para iniciarse en la lectura y ello no debe representar ningún problema", defiende la psicoterapeuta infantil de la Universitat Oberta de Catalunya Amalia Gordóvil quien incluso advierte de que establecer que todos los niños de seis años deban saber leer es contribuir a la "frustación y desinterés"de aquellos que tienen un ritmo de desarrollo diferente. Para esta especialista, la maduración neurobiológica es la clave.

Victoria Sanmartín, profesora en el colegio CPR Nuestra Señora de Lourdes de A Estrada (Pontevedra), antes de dar su opinión, matiza qué supone leer: "Es entender la lectura. Para ello, hay que trabajar el conocimiento del código escrito, el conocimiento de los textos, conocimiento del mundo y el conocimiento de las distintas formas de leer. No se lee de la misma manera el listín de teléfonos que una receta que un cuento".

La también docente Eva García, que imparte clases de Educación Infantil en el CEIP de Roxos en Santiago, apunta que "no se puede marcar una edad concreta para empezar a leer. Cuando hablo de leer me refiero a interactuar con un texto, no solo decodificarlo. Un niño que escucha, interactúa con ese texto, por lo tanto, está leyéndolo".

Lois Ferradás -que dio clase en la Universidade de Santiago durante años y que ahora se encuentra jubilado aunque sigue siendo una referencia en este campo de conocimiento- apunta que actualmente hay una nueva idea de lo que es leer y escribir. "Hoy tenemos que tener en cuenta que la escritura forma parte del paisaje cotidiano. Está en los periódicos, letreros, pantallas... Esto permite que el aprendizaje se haga sin forzar y con sentido. No se puede imponer porque se crea una barrera afectiva entre la lectura y el niño. Este puede acabar diciendo que no quiere leer porque fracasa, porque le da mucho trabajo. Con esto, debemos tener cuidado porque puede ser un recuerdo que acaba guardado en el fondo de la persona y después se vive con cierto rechazo".

Lois Ferradás recalca que "leer es extraer el significado de textos de muy distinas clases como la lista de la compra, la lista de piezas o de ingredientes. Los niños aprenden pronto a hacer textos enumerativos como la lista de sus amigos o los invitados a una fiesta". Conclusión, no solo importa el texto literario per se; importa el fin de la lectura. "Se lee el periódico para informarnos sobre alguna noticia; una receta de cocina, para elaborar un postre", apunta Eva García.

Aclarado qué es leer, la siguiente cuestión es a qué edad se debe empezar a introducir el código escrito. Para Sanmartín, "el niño comienza a leer desde el momento en el que ve a su madre o padre leyendo, le regalan un libro o le señalan una línea con su nombre".

Esta docente reconoce que "en España tenemos cierta prisa para que los niños entren en primero de Primaria conociendo el código escrito (las letras y demás signos). En otros países como Finlandia, no ocurre eso. Allí no tienen prisa para que aprendan ese código porque está adquiriendo todo lo demás".

Ferradás añade, al respecto, que en esos estados nórdicos se leen muchos más libros y periódicos que aquí a pesar de que el aprendizaje formal del código escrito se reealiza a los ocho años de edad.

Para Victoria Sanmartín, el código escrito es "lo menos complicado de la lectura". Según su parecer, este debe ser aprendido entre los cinco y seis años de edad, "aunque si el niño acaba Primero de Primaria sin aprender a leer, no pasa nada".

No obstante, reconoce que "prácticamente no hay ningún niño que acabe primero en Galicia sin saber descrifrar el código escrito. Otra cosa es que entiendan todo lo que leen. Eso dependen del vocabulario que manejen, de los estímulos externos que reciban... Por eso, los que tienen padres lectores, aprenden más rápido".

Tanto Sanmartín como Ferradás, señalan que "la lectura es un aprendizaje profundo", que lleva mucho tiempo. "Un aprendizaje superficial es, por ejemplo, aprender qué es una garza. Les pones una garza a los niños y no se olvidan de lo que es. Es un aprendizaje superficial porque pueden vivir sin saber qué es ese animal. Sin embargo, la lectura cambia la vida del pequeño", detalla la primera.

Ferradás se aferra a la idea evolutiva: "Nunca aprendemos a leer y escribir definitivamente. No es un aprendizaje cerrado. Podemos leer de una forma sencilla extrayendo el significado básico de las cosas; podemos leer entre líneas, con emoción estética...", señala. Con él, concuerda Bieito Silva, profesor en la USC de Didáctica de la Lengua y Literatura. Este agrega que "aprender a leer se aprende toda la vida, solo que se aprenden cosas distintas en niveles diferentes. Leer una noticia implica saberes que no están ni en Infantil ni en Primaria o Secundaria. Se van adquiriendo en base a hacer lecturas y reflexionando sobre ellas.

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