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Hipercontrolados

Un microchip para la identificación de trabajadores en Bélgica provoca incertidumbres sobre la privacidad - Expertos gallegos en nuevas tecnologías y Derecho asumen este avance, pero con cautela

¿Facilitador o espía? ¿El 'Gran Hermano 4.0' llega en microchip? Una empresa de Bélgica dedicada al márketing acaba de implantar a varios de sus empleados un chip bajo la piel que funciona como una llave de identificación para abrir puertas o acceder a los ordenadores. Según la información -publicada en medios belgas como "Le Soir"- solo ocho empleados se instalaron el dispositivo "de forma voluntaria". Son sus primeros "empleados cyborg". El microprocesador tiene el tamaño de un grano de arroz y se instala alojado entre los dedos índice y pulgar, de forma subcutánea. El director de la sociedad belga que usa este sistema pionero en Europa se esforzó en explicar -en la cadena de televisión "VRT"- que "nadie está obligado" y que la idea se les ocurrió por un empleado que a menudo se olvidaba su tarjeta de identificación.

Pero, ¿y si incluyera la geolocalización? La polémica está servida. Hay quien encuentra similitudes con la novela "1984", de Georges Orwell. Y, efectivamente, eso es lo que opinan algunos sectores, que alertan del peligro de vulneración de la privacidad en tecnologías como esta. De hecho, es habitual que ese tipo de chips se usen para identificar a mascotas o monitorizar animales salvajes.

Expertos gallegos de primera línea en los sectores de las nuevas tecnologías, el derecho y la comunicación consultados por FARO ponen sobre la mesa pros y contras del sistema, que es por sí inocuo, avanzan. Es innegable que el futuro pasa por herramientas de este tipo, pero habrá que legislar al respecto, resumen. También explican que en la actualidad un móvil iPhone tiene más información sobre el usuario, sus movimientos, localizaciones e incluso datos de salud, que cualquier otro instrumento. Abogados laboralistas aseguran que si el sistema de microchip del trabajador es solo para acceder a la empresa no vulnera ningún derecho.

El presidente del Colegio Profesional de Ingeniería en Informática de Galicia, Fernando Suárez Lorenzo, es meridianamente claro al abordar la polémica: "Lo difícil es encontrar un equilibrio entre libertad y control". "La tecnología está avanzando a pasos agigantados; tenemos que acostumbrarnos a un ritmo de cambio vertiginoso y cuestiones que nos pueden parecer absoluta ciencia ficción hoy en día, probablemente convivirán con nosotros a la vuelta de la esquina", advierte Suárez. No obstante, llama a la prudencia a la hora de usar la tecnología, de forma "consciente". Todo depende del uso que se de. A priori, nada es malo o bueno, resume. "Suena chocante que sea un microchip implantado en el cuerpo humano, pero puede tener muchísima utilidad en diferentes ámbitos médicos: para personas con Alzhéimer, susceptibles de desorientarse o perderse...", ejemplifica. "Habrá que normativizarlo y legislarlo, porque ese 'Gran Hermano' está aquí para quedarse, pero ya llegó con el teléfono móvil", asegura el presidente del Colegio de Ingeniería Informática. "Cada vez estaremos más 'sensorizados' como personas", argumenta. Las propias pulseras de actividad que suben los datos y registros a la nube suponen una fuente de datos personales del usuario.

La directora de la Escuela de Ingeniería de Telecomunicación (UVigo), Edita de Lorenzo, diferencia entre lo que "tecnológicamente se puede hacer y la ética". "La Ingeniería busca resolver problemas y facilitar la vida, no crearlos. A veces tecnológicamente se puede ir más allá, pero no procede", matiza la experta. "Los móviles tienen una localización y, con una orden judicial y a través del proveedor de servicios, en casos de crímenes, pérdidas o delitos se puede rastrear dónde estuvo la persona con muy poco margen de error gracias a la triangulación de las antenas. Pero es un dispositivo electrónico, que no llevamos implantado", explica.

Exactamente la misma frase repite el abogado y experto en TIC, especializado en Derecho en internet (@abonauta), Victor Salgado. "Que se pueda hacer técnicamente no significa que se deba hacer. Llama la atención la implantación de chip a trabajadores, aunque parece que usa tecnología de radiofrecuencia cercana, por lo que solo serían detectados a la hora de atravesar un arco o por el ordenador", argumenta. "Pero esto abre la puerta a que el empresario de un paso más en el control de los trabajadores e incorpore tecnología sobre la actividad, la ubicación del trabajador o datos de salud... que podría vulnerar la intimidad", añade el experto, recordando la multitud de litigios legales por la vigilancia del correo electrónico de empleados. También se refiere a que el "consentimiento libre" de un trabajador enmascara a veces miedos sobre la situación laboral. "El Derecho deberá de seguir muy cerca la tecnología y más en el ámbito laboral", avanza.

Sin embargo, el profesor de Sistemas de Información e 'influencer' tecnológico, Enrique Dans valora como totalmente normal esta medida. "Es un dispositivo de identificación, que evita llevar un DNI encima, con lo que aporta comodidad. Se instala en una zona relativamente libre de las manos...", justifica. Asimismo, repite: "La tecnología no es buena ni mala, solo depende de cómo se use y esta es una posibilidad más. Son sistemas pasivos, que solo pueden ser detectados en proximidad, cuando pasas por un arco detector. Llevar un sistema de identificación bajo la piel, en vez de en la cartera, no tiene problema alguno", valora.

El sistema implantado en Bélgica es similar al de identificación de animales domésticos o incluso al de códigos que usan los productos de supermercado. La empresa de vigilancia estadounidense CityWatcher ya instaló microcircuitos de identificación para para controlar el acceso de empleados a las zonas de seguridad restringidas de la compañía -y también para acceder al historial médico- hace una década.

Algún club en España también ofreció un chip con la intención de facilitar el acceso y los pagos a sus clientes más VIP. Este otoño llegará la chaqueta inteligente, que fabrican Google y Levi's y que permitirá usar el móvil sin sacarlo del bolsillo, cogiéndolo en el puño de la prenda. "El siguiente paso será vincular la tecnología a nuestro cuerpo: como prótesis para personas con discapacidades, o chips para permitir que vean personas ciegas", añade Víctor Salgado.

Diabéticos

La solución del chip bajo la piel no es nuevo en tecnología médica. Una empresa británica llegó a desarrollarlos para permitir a los diabéticos no tener que administrarse insulina. A España aún no han llegado a la sanidad pública. "Se usan aparatos externos, que se colocan pegados al brazo y miden la glucemia continuadamente. Los microchips aún no se han introducido en la práctica clínica", asegura el especialista en Endocrinología gallego, Felipe Casanueva.

Pero otro de los peligros de la expansión de las tecnologías -y redes sociales-; ese sí que inevitable, es que aumentan la brecha entre usuarios y desconocedores.

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Edita De Lorenzo | Dir. Escuela Superior Ing. Telecomunicación

"No es un problema tecnológico sino de índole ética"

Victor Salgado | Abogado experto en Tic y derecho en Internet

"El Derecho deberá seguir muy de cerca la tecnología"

Fernando Suárez | Pres. Colegio Ingeniería Informática de Galicia

"Ese ´Gran Hermano´ está aquí y para quedarse"

Enrique Dans | Prof. Información e ´influencer´ tecnológico

"Es una buena posibilidad de identificación"

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