La titular del Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo ha condenado a dos años de cárcel y cuatro de inhabilitación para el ejercicio de la profesión médica a Pedro Larrauri, el traumatólogo acusado de negligencia médica en el caso de la amputación de la pierna de la joven gimnasta del club vigués Flic Flac Desirée Vila. La magistrada lo ve responsable de un delito de lesiones por imprudencia grave con pérdida de miembro principal y grave deformidad.

En concepto de responsabilidad civil, el facultativo, según la sentencia que ha sido notificada esta mañana a las partes, deberá indemnizar a la deportista con cantidades que suman un total de 2.154.684 euros. Además de esta cantidad, tendrá que indemnizarla "en los gastos previsibles de asistencia sanitaria y en el perjuicio patrimonial por incremento de costes de movilidad en las cantidades que se determinen en ejecución de sentencia".

Con respecto a estas cuantías económicas, la juez señala que de las mismas responderán de forma directa, conjunta y solidaria con el acusado dos compañías aseguradoras "hasta el límite de sus respectivas pólizas". Como responsable civil subsidiario tendrá que responder el centro médico O Castro. Las costas, incluidas las de la acusación particular, se le imponen al médico condenado.

El juicio por este caso se celebró el pasado enero en Vigo. El médico acusado había defendido su inocencia en este proceso alegando que la isquemia que provocó la pérdida del miembro de la joven derivó de la operación de un cirujano de otro hospital. Mientras, la propia Desirée, en su declaración en la vista oral, contó que mientras fue tratada por el condenado en el hospital O Castro "no notaba el pie, no tenía sensibilidad ninguna y nadie hacía nada". "Sentí desde el principio que algo iba mal, yo sólo quería saber si iba a volver a caminar", relató entonces. La gimnasta cuenta en la actualidad con unas prótesis deportivas con las que ansía poder volver a correr y reside en Inglaterra para huir de este caso mediático.

Tras la práctica de la prueba en el juicio, la Fiscalía mantuvo su petición de cárcel e inhabilitación, que coincide con la que ha impuesto ahora la magistrada. El Ministerio Público sostuvo que que el traumatólogo no valoró adecuadamente la lesión de la joven mientras ésta estuvo ingresada en O Castro y no adoptó todos los métodos diagnósticos. También incidió en que el facultativo tardó horas en realizar el angiotac cuando ya había sospechas de lesión arterial y que asimismo hubo excesiva demora en el traslado de la deportista a otro centro, el Hospital Povisa, que era donde debía ser intervenida al contar con servicio de cirugía vascular.

La acusación particular ejercida por el abogado especialista en negligencias sanitarias Alfonso Iglesias calificó en la vista la actitud del médico de "insólita e inadecuada" al retardar el diagnóstico, mientras que la defensa, que demandaba la libre absolución, sostuvo que el médico actuó con "corrección y responsabilidad".

La sentencia no es firme y contra la misma cabe recurso ante la Audiencia Provincial de Pontevedra.