La Academia Americana de Pediatría aboga por que estos dispositivos inteligentes diseñados para medir las constantes vitales de los recién nacidos sean reglamentados por la Agencia de Administración de Alimenta, una postura que secundan los pediatras gallegos consultados, que añaden que también es necesario que los padres sepan cómo usar estos monitores.

"Independientemente del aumento de consultas y del colapso que pueda representar para el sistema sanitario las falsas alarmas, estas también suponen una fuente de angustia para los padres e incluso realizar pruebas innecesarias al niño porque si el aparatito dice que tiene algo, pues vamos a hacerle una prueba por si acaso", comenta Ángel López-Silvarrey.

Por ello, los pediatras gallegos abogan por el uso de los dispositivos de monitorización médicos, cuya precisión está probada, y que se prescriben solo en caso de niños con alguna patología, o antecedentes de apnea o de síndrome de muerte súbita.

"Cuando se decide monitorizar a un niño, el especialista prescribe la tecnología más adecuada y segura para cada caso, y también instruye a los padres sobre cómo utilizar correctamente el aparato. Hasta el momento no hay ningún estudio científico que nos aconseje hacer monitorizaciones especiales a un niño sano", añade este pediatra.

"Controlar constantemente las constantes vitales de un niño sano aporta más problemas que beneficios", añade López Lastres.