Un 33% de las consultas pediátricas están ligadas a patologías cibernéticas ante la preocupación de los padres por la posible adicción de sus hijos adolescentes a las nuevas tecnologías, según la Sociedad Española de Pediatría Social.

En coincidencia con la celebración el 7 de febrero del Día Internacional de Internet Segura, el psicólogo José Antonio Molina, experto en adicciones, corrobora que cada vez son más los padres que muestran inquietud por el uso que sus hijos están haciendo del móvil o de internet, mientras que los propios adolescentes no tienen ninguna motivación para tratarse por estos problemas.

Un estudio elaborado en el curso 2015-2016, a partir de una muestra de 2.500 menores de entre 15 y 18 años, reveló que el 97% tenía teléfono móvil y más del 90% se conectaba a internet.

El 40% de los entrevistados accedía a fotografías y vídeos de contenido sexual y el 20% había difundido imágenes de otras personas sin su consentimiento, señala el presidente de la Sociedad Española de Pediatría Social, Jesús García.

Los chicos que tienen conductas adictivas incrementan el tiempo dedicado a las nuevas tecnologías y fracasan al intentar reducir el tiempo de uso, algo que manifiestan con dos características, la agitación y la tristeza, que les pueden llevar a la depresión, precisa García.

La adolescencia, agrega, es una etapa en la que se producen cambios marcados tanto físicos como psíquicos, predomina más la acción que la reflexión y la búsqueda de riesgos sin límites, lo que genera un caldo de cultivo propicio para el desarrollo de comportamientos adictivos.

En ocasiones, se encuentran alteraciones como cansancio, tendencia al sedentarismo y la obesidad, dificultades para conciliar el sueño, problemas oculares o migrañas.