Los británicos Hayley y Charlie Lampshire, oriundos de Kidlington, en la región de Oxfordshire, han vivido su embarazo con los nervios a flor de piel debido a que los gemelos que esperaban compartían la misma placenta, en lugar de tener cada uno la suya.

Este tipo de gemelos se conocen como mono-mono, haciendo referencia a que son monocoriales -una sola placenta- y monoamnióticos -comparten el líquido amniótico-. La probabilidad de supervivencia en estos casos es del 50 %.

Descubrieron esta anomalía en la duodécima semana de embarazo, cuando Hayley se sometió a una ecografía. Los médicos alertaron de que la situación ante la que se hallaban era delicada, puesto que si los bebés se movían dentro del útero, podrían acabar enredados -lo que impediría que la comida y el oxigeno les llegase bien a los niños- e incluso estrangulados por sus propios cordones umbilicales.

Ecografía subida por Hayley a redes sociales. Fuente: Facebook

Poco podían hacer tanto la pareja como los doctores, más que desear y esperar que los pequeños estuviesen tranquilos y permanecieran quietos durante los seis meses restantes de gestación. “A Charlie y a mí se nos rompió el corazón cuando nos enteramos de que nuestros bebés estaban en peligro”, ha relatado Hayley Lampshire al medio británico ‘Mirror’.

Afortunadamente, los niños demostraron una compenetración innata que hizo que todo saliera bien. En una ecografía posterior, Hayley se quedó alucinada al ver que no solo los niños estaban inmóviles, sino que permanecían cogidos de la mano y parecían darse mimos dentro de la tripa de su madre.

El pasado 25 de agosto la historia terminó con final feliz con el nacimiento de los hermanos, en un parto sin mayores anomalías.