La tercera y penúltima sesión del juicio por el caso de la gimnasta viguesa Desirée Vilas a quien amputaron la pierna derecha por una supuesta negligencia médica contó en la jornada de ayer con la comparecencia de varios facultativos y peritos.

Uno de estos expertos solicitados por el juzgado reconoció que el acusado, el traumatólogo Pedro Larrauri, a tenor de los informes médicos del caso que revisó, no actuó con "irresponsabilidad ni de forma maliciosa porque estuvo pendiente de la actuaciones que se le realizaban a Desirée", sin embargo sostiene que "la situación que mostraba la extremidad desde el primer momento ya hacía sospechar una situación de obstrucción vascular. Y el angiotac era el mejor método para su diagnóstico". "En medicina debemos ponernos siempre en lo peor. Aunque una sintomatología pueda ser explicada por otras razones, siempre debemos investigarlo", resalta este perito.

El también doctor puso en duda los métodos empleados por el acusado a la hora del tratamiento de la joven, en concreto el referido al uso del pulsioxímetro. "No es un método fiable en cuestiones vasculares: no es válido para diagnosticar una isquemia ni la viabilidad de la extremidad", afirma el perito en relación a este aparato médico empleado por el acusado durante el ingreso de la gimnasta. Larrauri explicó durante su intervención en la vista iniciada el lunes que a través de lo marcado en el pulsioxímetro "quedaba descartada una isquemia al tener pulsos pedios y circular la sangre".

Dista de este argumento otra de las peritos citadas como testigos en este procedimiento. Solicitada, en este caso por la defensa, la experta reconoció la "utilidad" del pulsioxímetro y reconoció que "todos los quirófanos tienen uno". En su declaración, la perito afirmó que, a día de hoy "los angiotacs solo se realizan cuando hay alguna sospecha de isquemia, y en este caso no fue así. El diagnóstico de isquemia completa no se puede afirmar hasta su llegada a Povisa", reiteró. Reconoció también que al existir "corriente sanguínea en la pierna gracias a la arteria colateral era imposible que se hubiera producido una isquemia", por lo que la perito defendió la actuación del acusado en los hechos y alegó que su actuación "hubiese sido la misma que la del doctor Larrauri. No me entra en la cabeza que ente la mínima sospecha no hiciese nada. Fue responsable", apuntó la profesional.

Por otra parte, uno de los sanitarios que acudieron a la vista, el médico de urgencias que atendió a Desirée en El Castro, afirmó que a su ingreso tampoco "vi la isquemia crítica de la que se habla. El color era normal y no había cianosis (color azulado en la piel)". Reconoce que fue ante el primer síntoma de isquemia cuando se realizó el angiotac. "Larrauri lo solicitó cuando, una vez hecha la cura , vimos que los niveles del pulxiosímetro eran más bajos", apunta este facultativo.

A falta de un solo médico para declarar, hoy se procederá a la lectura de las conclusiones por parte de Fiscalía, defensa y acusación particular.