"Queremos a Vigo, a Galicia y a España, también queremos a nuestro país, entendemos las dos realidades", asegura este grupo de amigas norteamericanas que lleva treinta y cuatro años reuniéndose para celebrar las tradiciones estadounidenses en sus casas del área de Vigo y Pontevedra.

Hijas de emigrantes gallegos, nacieron en California, Filadelfia, Nueva Jersey, Indiana, Nueva York y Michigan, pero desde niñas estuvieron vinculadas a Galicia, a donde venían de vacaciones y a visitar a sus familiares con frecuencia.

Los giros del destino las llevaron a instalarse definitivamente en Vigo por amor, todas están casadas con gallegos. Así fue como se conocieron aquí.

Al principio, en los años sesenta y setenta, cuando las primeras llegaron a Galicia, no era habitual ver a norteamericanas por la zona. "Veníamos de la lucha contra la guerra de Vietnam, del movimiento pacifista, de la lucha de Martin Luther King... y nos encontramos con un país en pleno franquismo. Fue un gran choque cultural", recuerda Carmen Portela.

"Pero como estábamos enamoradas nos quedamos y tenemos todas unos hijos maravillosos gallegos", apunta Gloria Fernández, la anfitriona en esta fiesta navideña.

"Somos ciudadanas globales en pensamientos y en sentimientos. Entendemos los problemas norteamericanos, los españoles y los gallegos. Es la capacidad que tenemos al ser personas que viven en dos mundos", explican. Todas viajan a Estados Unidos varias veces al año, algunas tienen ahora a sus hijos y nietos allí. Son el ejemplo de la integración y de los beneficios de la multiculturalidad. "Es un vínculo, afectivo y emocional total, con ambos países, sino no estaríamos aquí, existe el divorcio", bromean.

En Galicia han encontrado la felicidad, sin perder de vista la realidad del otro lado del Atlántico. Tienen la suerte de estar en casa a ambos lados del océano. "Eliges lo mejor de los dos sitios, eso es lo que inculcas a tus hijos. Las dos culturas y lo mejor que te ofrece cada una", sostiene Diane G. Limia.

"Nos tuvimos que aclimatar pero tenemos a nuestra familia también aquí y amigas, aparte del campo profesional. Estamos totalmente integradas en ambos mundos. '¡Qué bien se vive en España!', nos dicen cuando vienen desde allá", relata June Pike.

Ahora viven con "incredulidad" la situación tras la victoria de Donald Trump. "En el trabajo me pedían que se lo explicase pero yo tampoco represento al país, me resultó un poco violento", dice Carla Liebo, la última del grupo en trasladarse a Vigo. Muchas no votaron por primera vez en estas elecciones. "Hemos entrado en shock, sabemos que en el medio de EE UU hay mucha población blanca pasándolo muy mal por la crisis. Es una revolución contra lo que ha habido hasta ahora. Nosotras no lo entendemos pero es un movimiento de rebelión, como ocurre también en Europa", cuenta Portela.

Como también siguen la actualidad gallega: son defensoras de la llegada de la alta velocidad a Vigo. "¡Claro que queremos el AVE para llegar más rápido a Madrid!", reclaman.

En esta ocasión se han juntado para su tradicional cookie swap -intercambio de galletas- navideño. Cada una prepara una docena de galletas distintas -y deliciosas- para las demás y se las intercambian, en una tarde de recuerdos y confesiones con brindis y villancicos de fondo. "Así nos vamos cada una con algo de nuestras amigas", destaca Limia.

El Día de Acción de Gracias la que pone la casa pone el pavo. Un pavo que son palabras mayores: llegaron a preparar uno de 17 kilos. Y el resto llevan los acompañamientos de verduras, patatas y salsas. "Todos los niños han crecido con esa tradición y la respetan", asienten.

Los postres protagonizan sus encuentros, tanto con las galletas de Navidad, como en Acción de Gracias, cuando preparan varias tardas, así como en San Valentín. Tarta de manzana, de queso y de queso al horno, de zanahoria, con nueces pacanas... En el Día de la Independencia, como cae en verano, celebran una fiesta en el exterior con perritos calientes, hamburguesas, pepinillos...

Un álbum de fotos recoge las experiencias de estas mujeres juntas a lo largo de estos años, y todavía le faltan muchas páginas por llenar.