Exámenes finales, metas curriculares y mejor formación de los profesores son las claves para que un país como Portugal haya mejorado casi de forma ininterrumpida en sus resultados PISA hasta situarse por encima de la media de la OCDE.

En el año 2000, cuando se hizo el primer informe PISA, Portugal estaba a la cola de la OCDE en las tres materias evaluadas; quince años después, está por encima de la media en Comprensión Lectora y Ciencias y la supera en dos puntos en Matemáticas, aunque el organismo lo considera una diferencia no significativa.

Con esta mejora de cerca de 30 puntos de media, el equivalente a un curso educativo según el baremo de la OCDE, Portugal consigue el 23º puesto en Ciencias, el 21º en Comprensión Lectora y el 29º en Matemáticas en la tabla de 72 países que participan en el estudio.

Desde el Instituto de Evaluación Externa (IAVE por sus siglas en portugués), la entidad que gestiona el informe PISA en Portugal, el profesor João Maroco apuntó que una de las causas del progreso de los resultados en esta década y media es la mejora socioeconómica y cultural de las familias portuguesas. A ello se suma la mejor formación de los profesores, que tienen un papel "fundamental" porque son "quienes se esfuerzan por cumplir el programa y preparar a los alumnos para las evaluaciones externas".