Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

GALLEGOS EN LA CIMAAna Piñeiro Díaz

"Jóvenes y mujeres son los mayores activos que debe incorporar una empresa"

La ingeniera viguesa es responsable de proyectos en la empresa TBM de Múnich, que tiene entre sus clientes a BMW o Ikea

La viguesa Ana Piñeiro, en las oficinas de TBM. // Ines Klöss

Interesada por los idiomas desde niña, decidió realizar su proyecto fin de carrera en la Universidad Tecnológica de Múnich, "la décima del mundo en Ingeniería Industrial", tras visitar a una amiga erasmus y conocer el sistema educativo alemán. La intención de Ana Piñeiro (Vigo, 1986) era regresar pero esta experiencia académica le sirvió de "trampolín" y en septiembre de 2013 le ofrecieron un puesto en TBM, una empresa puntera en el desarrollo de sensores para carretillas elevadoras. Allí fue promocionando hasta convertirse en responsable de proyectos de una compañía que cuenta entre sus clientes con Volkswagen, BMW, Faurecia, Nestlé, Lidl, Lufthansa o Ikea.

"Según los últimos datos oficiales, en Alemania se registraron hace dos años 10.000 accidentes con partes de baja, hubo 18 fallecimientos y se concedieron 340 pensiones por incapacidad. Nosotros fabricamos sensores láser, de ultrasonidos e infrarrojos para mejorar la seguridad en los almacenes logísticos. Aquí, al contrario que en España, la legislación es muy restrictiva y las empresas invierten, aunque también son cada vez más las que implementan medidas de forma voluntaria. Y otros países como la República Checa, Austria o Suiza hacen una apuesta fuerte", explica.

Además de adaptarse a las normativas, su empresa diseña sensores que van más allá y son los únicos capaces de detener la carretilla de forma automática ante un obstáculo, regular el tráfico o abrir puertas y ascensores. "Las empresas se han dado cuenta de que cuando se producen accidentes no solo pierden recursos materiales y humanos, sino también conocimiento y esto repercute en la eficiencia", apunta esta ingeniera especializada en Organización Industrial.

La mayoría de sensores de TBM se utilizan en plantas europeas pero también de Rusia, Turquía o México. Las empresas pertenecen a todo tipo de sectores -desde Lego a Nokia, pasando por DHL- y también trabajan directamente con los primeros fabricantes de carretillas como Toyota Material Handling, su mayor cliente en España, Jungheinrich o Still.

La industria alemana es consciente de la necesidad de innovar y Ana coordinó un proyecto de investigación en el campo de la logística farmacéutica en el que participaban varias empresas, entre ellas la responsable de la logística de Bayer, y que en 6 meses se traducirá en un nuevo sensor infrarrojo que detecta personas de forma más fiable que otros sistemas ya existentes.

"El Gobierno alemán da muchas ayudas y el país es líder en investigación, sobre todo, tecnológica porque esto les hace ser muy competitivos y desarrollar productos que van a exportar. En España hay empresas en vanguardia como Inditex pero no hay tanto apoyo público. Aquí, por ejemplo, todos los doctorandos tienen financiación porque las universidades y las empresas invierten", compara.

Ana está acostumbrada a ser la única mujer y la más joven en las reuniones. "No me costó adaptarme porque soy muy sociable y me gusta trabajar en equipo, pero la ingeniería y la logística son un mundo de hombres. Curiosamente solo me he encontrado más mujeres en Polonia y en Turquía", señala.

Al empezar la carrera en Vigo sumaban 9 chicas "entre 120 alumnos" y cuando llegó a Alemania la proporción era incluso menor, aunque ha ido creciendo. Ella no cree que exista "un motivo concreto" para explicar esta brecha más allá de las preferencias personales. "A mí siempre me gustaron más las asignaturas de ciencias y montar y desmontar cosas. Mi madre y mi abuela me esperan con una lista de lo que toca arreglar cuando voy a casa", revela entre risas.

Y también apunta al papel del docente: "Si tienes la suerte de que sea bueno te gustará su asignatura. Los mejores profesionales de Alemania son los ingenieros y los profesores. Tienen una formación bestial y motivan a sus alumnos para ser excelentes en aquello que elijan, sea una carrera o trabajar como pintor".

Para ella, estudiar Industriales fue "la mejor decisión" de su vida, pero asegura que la titulación es solo una base. "Lo importante son los idiomas y las competencias transversales como liderazgo o gestión personal. Tú mismo te vas formando y definiendo qué quieres ser. De todo lo que haces se aprende pero es importante invertir tu tiempo en lo que te gusta", aconseja.

Algunas de esas habilidades, como el trabajo en equipo, las adquirió gracias al deporte. Ana jugó en el Celta Baloncesto hasta los 18 años: "Y también he practicado tenis. Ahora hago yoga para desconectar y también esquí. Ya que no tengo playa y sol disfruto de los Alpes".

Como responsable de un grupo humano, aboga por introducir aire fresco: "Es importante contar con gente experimentada pero los jóvenes son el mayor activo que debe incorporar una empresa. Y también las mujeres. Somos organizadas y perseverantes".

Aunque en Múnich trabajan muchos compatriotas, ella es la única en su empresa. "La imagen que tenemos aquí es de gente con mucha formación. También me dicen que tengo temperamento español pero lo cierto es que somos la alegría de la huerta. Sabemos combinar muy bien el trabajo y los momentos distendidos. Cada vez que voy a Vigo mi jefe me pide que vuelva", bromea.

Compartir el artículo

stats