Ayer nos despertamos con la noticia de la pérdida del profesor Fermín Bouza. Catedrático de sociología, referente nacional en el análisis político, gallego de sorna y retranca de la buena, nos ha dejado al día siguiente de que España, después de muchos meses sin gobierno, consiguiese uno presidido por el que, allá por el 2009, el profesor referenciaba como "el doctor no" Mariano Rajoy.

Se nos va Fermín en un momento en el que España vive políticamente lo que sintetizaba el escritor Mario Benedetti "Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas" y a nuestras mentes vienen muchos de los magistrales análisis de la actualidad política de Fermín.

Nada diré de todas sus cualidades y referencias doctas en el ámbito académico, cultural y periodístico, eso seguro que lo escribirán otros, prefiero en estas breves líneas dejar para el recuerdo del lector un par de anécdotas.

Fermín Bouza, que ya de abolengo le venía la esencia cultural, era un intelectual interactivo, apasionado de la política y galleguista hasta la médula, a pesar de llevar muchos años viviendo en la capital española. Manifestaba que Galicia era, con diferencia, la autonomía del reino de España más europeísta porque el Camino de Santiago era la ruta que construye la idea de Europa.

Este hombre cercano, afable y gustoso de la broma, utilizaba esa fina ironía para contar a los amigos las miles de anécdotas vividas. De las muchas que podrían contar, mencionaré alguna como la que narraba en relación con el hecho de ser invitado a la boda de la que hoy es reina de España, que en otros tiempos fue su alumna. Contaba el profesor que después de toda una vida de estudio y dedicación cultural "me conocen en mi barrio y me dan prioridad de turno en la panadería por el hecho de ser asistente a la boda de la princesa Letizia, ya veis como son las cosas".

Otra anécdota que mencionaré se producía en relación con los análisis políticos que hemos compartido. Desde la distancia de mi posición académica en relación con el profesor Bouza, he de decir, con mucho orgullo para mí, que he participado a su lado en algunas ocasiones en este mismo periódico en donde hoy rendimos un adiós. En este mismo diario bromeaba que a mí me trataban mejor porque me ponían una foto sin arrugas, en cambio a él no le aplicaban el Photoshop. Bromas aparte, para mí ha sido un honor escribir cerca de uno de los grandes del análisis político en este país.

La pérdida del profesor Fermín Bouza no ha dejado a nadie indiferente sea cual sea su sintonía ideológica. El profesor que manifestaba que el voto, al igual que ocurre con el fútbol, está sometido a las pasiones de lo humano y que los españoles votábamos desde el sentimiento, siempre ha tenido el reconocimiento de todos.

Este hombre enamorado de Galicia y de la política nos deja, pero su recuerdo perdura siempre como ocurre con los grandes. ¡Buen viaje profesor allá donde vaya!

*Doctora en Derecho y analista