Cada vez son más las aplicaciones del teléfono móvil más allá del ámbito de la comunicación. Ahora, un equipo interdisciplinar, formado por geógrafos, ingenieros informáticos, trabajadores sociales y psicólogos, estudia su uso como instrumentos de inclusión social con mujeres desempleadas de larga duración de ocho municipios gallegos. La investigadora de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) Yolanda García coordina este estudio empírico, que pretende determinar sus ventajas y limitaciones en su aplicación en las terapias psicosociales.

"El estudio pretende demostrar la utilidad de los teléfonos móviles para las metodologías de inclusión social con mujeres vulnerables y consiste en el desarrollo de una metodología y aplicación informática a medida de las terapias biopsicosociales personalizadas", resume la investigadora, que trabaja con una bolsa postdoctoral en la School of Social Welfare de la Universidad de Berkeley, California, institución que colabora en este estudio.

Según García, la principal ventaja del uso del teléfono móvil en las terapias psicosociales es la posibilidad de ofrecer consejo, acompañamiento y orientación con frecuencia diaria, constante e instantánea. "Los móviles permiten superar las barreras de comunicación, por lo que con ellos podemos dar respuestas inmediatas de atención psicoterapéutica a cualquier persona en cualquier lugar, pero también a personas con problemas sociales, de salud mental, física y otras", argumenta.

Otro punto a favor es la disminución de costes, al reducirse los desplazamientos para la asistencia presencial por parte de médicos, psicólogos y trabajadores sociales. "Permiten, por ejemplo, utilizar las tecnologías eficientemente para llegar a muchas personas independientemente del lugar donde vivan. El abaratamiento también es en tiempo y coste de desplazamientos tanto para profesionales como usuarios. ", explica.

De hecho, el grupo está desarrollando ya aplicaciones informáticas automáticas que abaraten esa atención a los servicios públicos sociales que consisten en sistemas de gestión de información a través del diseño de bases de datos avanzadas.

La investigadora de la USC también sostiene que la utilización del teléfono móvil como herramienta mejora la atención al hacer "más efectivas" las intervenciones y metodologías para la inclusión social, y permitir una respuesta inmediata a usuarias de cualquier punto.

Como punto flaco, señala la limitaciones que puede haber en su utilización por parte de las usuarias. "Las flaquezas vienen determinadas por la disponibilidad o no disponibilidad de uso que puedan tener las personas respecto al teléfono móvil, así como de las incapacidades para poder usarlo", concreta.

A pesar de todas las ventajas del uso de móviles en las terapias psicosociales, Yolanda García y los profesores A. Aguilera (Universidad de California), Carlos Ferrás (USC) y A. Rocha (Universidad de Coimbra) comprobaron recientemente la escasez de investigaciones con personas vulnerables, con la excepción de los estudios desarrollados en Estados Unidos, donde el uso de esta tecnología tiene lugar en el ámbito del trabajo social y no solo en el de la psicología clínica.

Precisamente será una metodología y tecnología aplicada en la Bahía de San Francisco con la que trabaje el equipo del estudio que coordina García, que ha comenzado con un grupo de 25 mujeres gallegas vulnerables, que fueron seleccionadas de forma aleatoria en proceso complejo aprobado por los comités de bioética de la Universidad de Berkeley y de la USC. El estudio parte de análisis de datos cuantitativos y cualitativos con los que se diseña una terapia biopsicosocial que se traduce en el envío sistemático de mensajes al teléfono con una frecuencia e intensidad concreta. Y ya hay resultados. "La investigación está demostrando la importancia del acompañamiento y consejo diario para la modificación de la conducta", explica.