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El libro que disgusta a 'la Preysler'

Pilar Eyre presenta en Club FARO una novela sobre el matrimonio de la filipina y Julio Iglesias

La escritor Pilar Eyre (izq.) junto a su presentadora, la periodista Lucia Trillo. // Ricardo Grobas

"No he hablado con ella, pero sé que a Isabel no le ha gustado el libro, pero al mismo tiempo no he mentido, sabe que lo que cuento es verdad", aseveró ayer la escritora Pilar Eyre en la presentación de su última novela, Un amor de oriente, una biografía que relata el matrimonio de Isabel Preysler y Julio Iglesias. Los asistentes a la charla coloquio del Club Faro, presentada por la periodista Lucía Trillo, disfrutaron con las múltiples anécdotas personales que Eyre desveló sobre esta pareja y que se recogen en el libro.

Aunque la historia presenta a los protagonistas bajo los nombres de Muriel y Luis, Eyre comenzó la conferencia aclarando que "la verdad es que son Isabel Preysler y Julio Iglesias". La escritora explicó los motivos que le llevaron a cambiar los nombres de los principales actores pero no del resto de actantes: "Mis editores cometieron el error de entregar la novela a los asesores jurídicos y cuando la leyeron se echaron las manos a la cabeza, dijeron que eso no se podía publicar así, que nos iban a demandar...". La causa fue la intimidad del relato. Eyre desgranada episodios inéditos del matrimonio y de extrema intimidad que deshojan la imagen pública de una pareja "inigualable en la historia de España", como la misma periodista señaló. "No quería rebajar el tono del relato porque me parecía autocensurarme, así que accedí a que se cambiaran los nombres", confesó. Sin embargo apuntó que le parecía "una simpleza" ocultar este hecho y que prefería asumía las consecuencias.

Un amor de Oriente, publicada hace apenas unos días, presenta a una Isabel Preysler de tan solo 16 años, "una niña, pero no inocente porque ya había tenido un amor en Manila"; y a un Julio Iglesias que todavía luchaba por triunfar en el mundo de la música. "Se ven algunas veces y cometen el error de que ella se quede embarazada, pero Isabel no se quería casar", afirmó la escritora que expresó sin rodeos sus sensaciones tras el trabajo de investigación que realizó para el libro: "Isabel nunca ha estado enamorada de Julio, el día de su boda fue el peor de su vida".

Uno de los primeros episodios que se encuentra el lector es justamente la celebración religiosa. Isabel, nerviosa, casi desmayada, camina hacia el altar embarazada, con un vestido que le aprieta demasiado, en un lugar que no conoce y rodeada de gente que la ve de manera extraña. "Ella se casa engañada porque cree que Julio es un gran cantante y que será un padre y marido, pero le es infiel desde el principio de la relación", sintetizó Eyre. Tal era el paripé que se montó, que los supuestos fans del cantante eran personal contratado y tuvieron que repetir la misa para que las cámaras grabaran bien el momento a pesar de las protestas del sacerdote.

Eyre bucea en la intimidad de "Isabelita", en las expectativas y sentimientos de una niña bien de Manila, aunque sin grandes posibilidades económicas, que llega a una España franquista y que se casa con un cantante con la esperanza de que acabe siendo abogado. Durante los siete años de matrimonio le suceden situaciones dramáticas, de hastío, rechazo e imposición que la transforman en la Isabel Preysler que desde hace 40 años ocupa las portadas de revistas. Las infidelidades de Julio, las mentiras sobre sus supuestos éxitos, dar a luz a su primera hija sin más presencia que la del personal sanitario... La soledad aparece como compañera de Isabel durante toda la novela. Durante la charla, Eyre subrayó en varias ocasiones que "a Julio lo único que le importaba era su carrera, que es por lo que se ha preocupado y luchado siempre" y así lo hace patente en su escrito. "¿Qué necesidad tiene de seguir cantando? Pero lo hace porque él vive con el público". A pesa de todo, Isabel lo apoyó en sus peores momentos, pero la gota que colmó el vaso fue una infidelidad que se topó de frente y que desveló otras muchas.

Un amor de Oriente describe como Isabel tenía "en su interior una rebeldía, una forma de ser igual que muchas mujeres de la época que habían sido criadas en colegios de monjas pero tomaban la píldora" y que la lleva finalmente a separase de Julio. "El matrimonio tuvo tres hijos, pero un cuarto fue Isabel Preysler, porque esos siete años le enseñaron mucho" y como la misma Preysler dijo, ya no era la misma.

Pilar Eyre rompe en Un amor de Oriente el mito de una pareja envidiada en los años 70 y el de una mujer de mármol con la agudeza que la caracteriza y una intimidad que llega a ser incómoda por la rudeza de lo que relata.

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