La presentadora, pintora y actriz Elena Santonja, que se hizo muy popular con su programa de televisión Con las manos en la masa, falleció en la madrugada de ayer, en Madrid, a los 84 años, según informó la Academia de Cine en su cuenta de Twitter.

Santonja, casada con el director de cine Jaime de Armiñán (1927), se hizo muy popular cuando presentó en TVE en los años 80 el programa de cocina Con las manos en la masa, precursor de este tipo de espacios en televisión.

Al programa acudieron a cocinar, entre más de 300 personajes, los escritores Gonzalo Torrente Ballester y Rosa Chacel, el director de cine Pedro Almodóvar y los actores Fernando Fernán Gómez, Luis Ciges, Amparo Rivelles o Sata Montiel porque entre ella y su marido, decía, "conocían a todo el mundo del cine, el teatro, la televisión, el circo o los toros".

La sintonía de cabecera era una canción de Gloria van Aerssen, fallecida el 22 de octubre del año pasado, y de la hermana de la presentadora, Carmen Santonja, que formaban el dúo Vainica Doble. "Siempre que llegas a casa me pillas en la cocina con las manos en la masa", comenzaba la canción que se quedó en la memoria de todos los telespectadores del programa.

Ella, presentadora y guionista, y Álvaro Lion-Depetre, director, fueron contratados para hacer el programa por TVE en 1983 pero ocho años más tarde, y tras pasar a llamarse En la cocina de Elena: con las manos de la masa, la cadena pública les notificó el fin del programa, una decisión que ellos recurrieron en los tribunales sin éxito.

La fallecida argumentaba que TVE, que había suscrito un acuerdo con el Ministerio de Agricultura, hacía uso de su imagen y prestigio para publicitar productos sin recibir a cambio contraprestación económica. La sentencia obligó a TVE a readmitirla y a pagarle una indemnización de 10 millones de pesetas.

Santonja comenzó a ser conocida al mismo tiempo que su marido, que dirigió varios programas en TVE, como Entre nosotras (1958), un espacio dedicado a la mujer, que presentaba Santonja.

Pero no solo se dedicó a la televisión, sino que también trabajó en el cine, participando en películas como Crimen de doble filo, de José Luis Boorau y en El verdugo, de Luis García Berlanga, además de trabajar en el teatro a las órdenes, entre otros, de Adolfo Marsillach.

Los últimos años de su vida, la artista, bisnieta del pintor Eduardo Rosales, los ha dedicado a pintar, con exposiciones como las que le dedicó el Centro Cultural Galileo de Madrid o el Ayuntamiento de Valladolid, dentro de la colectiva Creadoras olvidadas.