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Las conferencias de Club Faro

Emilio Lara: "La Invencible pudo haber triunfado si Felipe II no se creyera un Dios"

El antropólogo apostó por la microhistoria para disfrutar de la novela histórica -Un grupo de nazarenos enviados por el Rey a Irlanda para sublevar a los católicos protagonizan su obra

Emilio Lara (izquierda) fue presentado por el escritor Teo Palacios. // José Lores

Sobre qué hizo fracasar a la Armada Invencible, los grandes errores y aciertos de sus protagonistas y la importancia de los sentimientos y las vidas de las personas del pueblo llano a la hora de escribir una novela histórica son algunos de los temas de los que habló ayer en el Club Faro el antropólogo y escritor Emilio Lara. Presentado por el también escritor Teo Palacios, el autor jienense desgranó cómo fue la creación de su primera novela, "La cofradía de la Armada Invencible", en la que relata una de esas historias dentro de la historia de las que habló al público. "Mi concepto de hacer historia es desde abajo; antes que la historia de la alta política y los grandes hechos a mí me atrae centrarme en la vida de la gente corriente, lo que se llama la historia de los "deshistoriados", a los que durante siglos no se prestó atención pero que realmente muestran los esquemas mentales de cualquier época", justificó el invitado.

Lara inicia su novela en la primavera de 1588, cuando la Gran Armada está lista para invadir Inglaterra y Europa permanece en vilo ante el plan maestro de Felipe II. Una poderosa flota se prepara para zarpar de Lisboa, recoger en Flandes a los tercios, cruzar el canal de la Mancha, desembarcar en la costa inglesa y conquistar el reino protestante. Aunque la campaña se presume rápida, en El Escorial se organiza meticulosamente un plan paralelo que debe ayudar al éxito de la empresa. Por orden de Felipe II, se encomienda a una cofradía de nazarenos de Cartagena una misión secreta: dirigirse hacia Lisboa para unirse a la Gran Armada, navegar hasta Irlanda, alzar en armas a los católicos irlandeses y expulsar a los soldados ingleses de la isla. Los cofrades afrontan la aventura con el convencimiento de que harán historia pero, durante la travesía, se producen ciertas muertes repentinas y misteriosas. "La Invencible fracasó, pero ¿qué pasará con los cofrades que tenían que organizar una procesión multitudinaria para conseguir sublevar a los irlandeses católicos, que se enfrentaban a la aventura de su vida y, de pronto, se vieron abandonados? Permítanme que eso no se lo desvele", bromeó el escritor.

Hasta la fecha, recordó Lara -que es licenciado en Humanidades con Premio Extraordinario y Premio Nacional Fin de Carrera- "no había ninguna novela en España que hablara de forma seria sobre la Armada Invencible, solo en algunas se había tratado este hecho de forma puntual, pero a mí es un hecho que siempre me produjo un potente magnetismo y tenía claro que quería escribir alrededor de aquellos hechos", aseguró.

La Armada Invencible de 1588, tal y como relató de forma muy didáctica el ponente, "parecía un plan perfecto tal y como lo concibió Felipe II, que quería unificar toda Europa bajo una misma religión, el catolicismo, bajo un mismo imperio, el español, y bajo a una misma política, pero fallaron varios aspectos". En opinión del historiador, hubo un momento en el que la historia de la Armada Invencible habría podido ser muy diferente. "Si cuando la flota inglesa estaba fondeada en Plymouth, el Duque de Medina Sidonia hubiera accedido a la petición de la vieja guardia de su predecesor y se hubiera atrevido a atacar, posiblemente hubieran tenido éxito, porque el viento en contra impediría que escapara ningún buque, pero el duque no se atrevió a contradecir el plan de Rey ya que él se creía un Dios y no accedía a ningún cambio en sus planes" apuntó. El segundo gran error, añadió Lara, "fue que, incomprensiblemente, no habían tenido en cuenta de qué forma iban a unirse los tercios de Flandes y los de la Armada principal por lo que finalmente Medina Sidonia se vio obligado a bordear las islas británicas y las tempestades terminaron de destrozar los ya barcos casi sin mando", lamentó el historiador.

El experto describe a Felipe II como "un rey obsesionado que pretendía conquistarlo todo bajo las órdenes de Dios, ya que se creía un enviado de éste y concibió el plan de la Armada como un plan glorioso que no podía fallar. Era un rey que no contaba con el resto para tomar las decisiones mientras que en Inglaterra, la Reina Isabel I, la llamada Reina Virgen Tudor, escuchaba siempre y dejaba las últimas decisiones en manos de los expertos, una fórmula mucho más acertada", opina Lara.

El autor sostiene que a partir de ese momento, los ingleses han potenciado una autosuficiencia que además se verá incrementada con la victoria de Napoleón y en la Segunda Guerra Mundial.

"Huyo del pedagogismo en la novela histórica; pierde frescura"

  • Profesor de Geografía e Historia de alumnos de Secundaria, Emilio Lara consigue contagiar a los jóvenes con su pasión y esa misma intención tuvo cuando escribió esta novela. "No me gusta el pedagogismo evidente porque le resta naturalidad y frescura a la novela histórica. El escritor tiene que documentarse muy bien, leer muchísimo, pero esa parte no se tiene que ver en la novela; ante todo tiene que entretener al lector", destaca el escritor que describe su forma de concebir la novela histórica como "un viaje en el tiempo en el que revivir la historia, emocionarse, pensar y divertirse".El autor apuesta además por un tipo de novela histórica "híbrida y mestiza, que de cabida a otros géneros como la novela negra, de la que también soy un gran seguidor". En esta forma de escribir, asegura, ha tenido como referentes a grandes escritores como Robert Graves, Umberto Eco o, en España, a Juan Eslava Galán o Arturo Pérez Reverte. "Todos ellos me entretienen y me hacen pensar y eso es un auténtico lujo", asegura.Además, el escritor manifestó su alegría de visitar Vigo ya que confesó ser un "enorme admirador de los escritores gallegos Cela, José María Castroviejo y, sobre todo, Álvaro Cunqueiro, del que soy un completo enamorado".Emilio Lara contó al público también los inicios de esa forma de contar la "historia desde abajo". la microhistoria, que a él tanto le atrae. "La llamada 'historia de las mentalidades' de la que Carlo Ginzburg fue todo un precursor con su obra 'El queso y los gusanos', es ideal para hacer novela histórica, al menos de la manera en que la concibo yo, de ahí los cofrades de mi novela que, al fin y al cabo, es una historia de amistad y lealtad", concluye Lara.

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