La idea de las autoridades de Rotterdam de obligar a las mujeres con adicciones graves o trastornos psiquiátricos a utilizar métodos anticonceptivos ha sido muy criticada en Holanda, especialmente entre la comunidad médica, que no la considera ética, ni cree que se pueda llevar a la práctica.

La propuesta del concejal de Juventud y Educación de la ciudad holandesa, Hugo de Jonge, del partido democristiano CDA, es recurrir a la medida en el caso de las mujeres que las autoridades consideren "incapaces" de criar a sus hijos en unas "condiciones mínimas". En particular, afectaría a mujeres toxicómanas, sin domicilio fijo, prostitutas o con problemas psiquiátricos. Cerca de una decena al año, según los cálculos de las autoridades municipales.

"Los padres tienen derecho a que nazcan sus hijos. Los niños también tienen derecho a crecer en un ambiente seguro", afirma De Jonge.

El concejal ha puesto en marcha recientemente un programa para ofrecer anticonceptivos a mujeres que se encuentren en una situación "vulnerable".

De momento se trata de una acción de prevención que se aplica a unas 160 mujeres, a quienes los servicios sociales siguen de cerca y recomiendan el uso de métodos anticonceptivos.

El proyecto es similar a otro aplicado hace dos años en la ciudad de Tilburgo (sur de Holanda) y dirigido a las madres sin techo, con adicciones severas o trastornos psiquiátricos y que han tenido uno o más embarazos no deseados.

De Jonge puntualiza que esta solución "nunca sería irreversible", por lo que "no se trataría de una esterilización" y que tendría que ser impuesta por un juez. Aunque reconoce que "es un tema complejo", deja claro que rechaza la idea de quedarse "con los brazos cruzados" ante la situación.