La sonda europea "Rosetta" concluye el próximo viernes con éxito su pionera misión, en la que también registró dramáticos episodios, entre ellos un encuentro con asteroides, una hibernación y el convulso aterrizaje del módulo "Philae".

"Rosetta", que inició en 2004 un viaje de 6.400 millones de kilómetros, finalizará su misión cumpliendo con los objetivos: recolectar datos para conocer mejor el origen de la Tierra y los inicios del Sistema Solar.

Con un presupuesto de 1.000 millones de euros, la misión está considerada como una de las más importantes en la historia de la industria aeroespacial europea y la exploración del Sistema Solar. Los científicos de la Agencia Espacial Europea la han catalogado como un éxito histórico tras haber captado información geológica que contribuirá a entender mejor el Universo.

Cuando "Rosetta" impacte sobre una región de fosas activas en la "cabeza" del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko -una mole de hielo, piedra y polvo de 10.000 millones de toneladas y un volumen de 25 kilómetros cúbicos-, su misión acabará.

Entre medias hubo un larguísimo y accidentado viaje que incluyó el complicado lanzamiento del módulo de mediciones científicas "Philae" sobre la superficie del cometa, muy valioso por contener algunos ingredientes esenciales para el origen de la vida en la Tierra.

Desde que despegó en 2004, la sonda europea emprendió un sinuoso recorrido. Orbitó en torno a la Tierra tres veces (2005, 2007 y 2009) y una vez en la de Marte para poder tener impulsos gravitatorio. La sonda se cruzó después con dos asteroides: el pequeño Steins, en septiembre de 2008, y el enorme Lutetia, en julio de 2010.