El delfín que apareció muerto el domingo en aguas de la ría de Arousa y cuya necropsia permitió documentar uno de los pocos casos de "infanticidio" que se conocen en esta especie a nivel mundial, era un macho de apenas una semana de vida. Su madre, que trató desesperadamente de mantenerlo a flote y salvarlo, tiene entre 15 y 20 años, no es la primera vez que da a luz y ya perdió una cría en 2014.

Como entonces, la pérdida de su retoño acelerará su reloj biológico, un peculiar "duelo" que preparará a la delfín para aparearse y engendrar una nueva cría. Así lo argumenta Bruno Díaz, director del Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI, por sus siglas en inglés), un centro con base en O Grove que se dedica a la investigación y formación en el estudio de la ecología y comportamiento de los cetáceos.

En base a los estudios que realizó durante años en aguas del Mediterráneo, que si una delfín pierde la cría cuando ésta tiene menos de un mes, puede llegar a ovular de nuevo y copular "en un plazo de dos o tres semanas", explica Díaz.

Esto supone que a partir de ahora los dos machos que mataron al pequeño delfín van a permanecer expectantes, siempre al lado de la hembra, para evitar que se acerquen otros individuos y tratar de aparearse con ella en cuanto esté disponible.

Lo que desean biólogos es precisamente que se produzca ese apareamiento y la delfín "vuelva a quedar preñada, para que pueda tener otra cría dentro de un año, contribuyendo así a la preservación de la especie en las Rías Baixas", indica el director del BDRI.

En este sentido, puede apuntarse que el periodo de gestación de la especie es de 12 meses y que el de lactancia oscila entre los 15 y los 18 meses. Desde que dejan de mamar las crías permanecen al lado de sus madres durante tres o cuatro años.

Tanto la hembra como los dos machos que acabaron con la vida de su hijo están identificados y controlados precisamente desde 2014 gracias al trabajo del BDRI. Bruno Díaz explica que los tres adultos protagonistas de esta historia de indudable valor científico internacional visitan con frecuencia la ría de Arousa, aunque ellos, los machos, son localizados en sus aguas más a menudo, hasta el punto de formar parte de la comunidad que se considera residente.

La hembra, que ya había sido vista con anterioridad acompañada de estos mismos machos, no había vuelto a aparecer por Arousa desde hace más de un año, al menos que se sepa.