Un giro en el registro interpretativo llevó a la gallega Cristina Castaño de su papel como la psicóloga Judith Becker de la serie "La que se avecina" a ponerse en la piel de la cantante Sally Bowles en el musical "Cabaret", que aterriza en el Auditorio Mar de Vigo del 14 al 18 de septiembre.
-¿Cómo anima a los vigueses para que acudan a ver "Cabaret"?
-Primero porque es un clásico y cuando se pone en marcha siempre es un éxito. Hemos estado llenando un año entero en Madrid y les diría es que no se lo pierdan porque de verdad es un gran espectáculo y la productora no ha escatimado en medios.
-¿Cómo llegó a protagonizar un musical?
-Canto desde que soy pequeña, tengo muy buen oído natural. Mi padre era un gran pianista, llevo escuchando música clásica desde siempre y bailando al lado del piano mientras mi padre tocaba. Y mi madre canta muy bien. El artisteo está muy presente en mi casa, mi hermano también es actor. Es algo que he heredado de mi familia.
-¿Cuándo comenzó su carrera como actriz pensaba en los musicales?
-No especialmente. Yo, en realidad, pensaba en cantar y en actuar. Doy gracias porque existan los musicales, en los que puedo combinar ambas disciplinas porque me gusta mucho hacer las dos cosas.
-¿Cómo consiguió el papel de Sally Bowles? ¿Qué significa para usted?
-Tuve la suerte de que me seleccionaran entre un montón de candidatas en el casting. Es un personaje que me gustaba especialmente. Toda actriz querría interpretar a Sally Bowles porque lo contiene todo, cuenta con un montón de registros. Aparte de cantar, que es precioso y la banda sonora es maravillosa, es un personaje sexy, ingenuo, oscuro, vivo. Tienes drama, comedia, sensualidad, amor y desamor; engloba un montón de emociones y personajes para contar.
-¿Interpretar este papel es un reto profesional?
-Absolutamente. No todo el mundo puede interpretar a Sally Bowles ni tampoco al maestro de ceremonias. Son personajes que requieren unas cualidades determinadas, ya solo sea porque tienes que cantar y actuar, pero además a nivel interpretativo debes tener una serie de registros que el papel te reclama. Poder ponerme en su piel ha sido un sueño hecho realidad para mí.
-¿Qué supone participar en la gira y arrancar desde Vigo?
-Me hace muchísima ilusión, evidentemente porque soy gallega. Poder estar en Vigo también me ilusiona porque en otras ciudades no podré estar. Se han portado muy bien conmigo desde la productora, en otras circunstancias no podría ser parte del elenco en la gira porque estoy grabando una serie. Sus ganas y mis ganas hacen posible que participe en parte de la gira.
-¿Qué se va a encontrar la gente en esta versión de "Cabaret"?
-Es bastante diferente a la versión que Sam Mendes dirigió. Es un musical con mucho más glamur, colorido y mucho más alegre. Se presenta un "Kit Kat Club" mucho más glamuroso. No es la oscuridad de la que hablaba Mendes. Sin embargo, hay mucha decadencia, dolor y autoengaño, que aparecerá más en el segundo acto.
-¿En qué proyectos está inmersa?
-Estoy grabando la serie "El final del camino" en Silleda [una producción de TVG y TVE] y estoy muy ilusionada porque supone un cambio total de registro frente a lo que venía haciendo en televisión, que era comedia pura y dura. Esto no tiene nada que ver, es un personaje histórico, real, es la reina Constanza de Borgoña, madre de Hurraca, que fue la primera reina que hubo en Europa. Es un placer poder interpretarla, además, tengo unos compañeros maravillosos. También estoy feliz de poder rodar en Galicia y de que la productora sea gallega. Estas circunstancias hacen que yo ame más el proyecto. Del resto de cosas en las que estoy trabajando todavía no puedo adelantar nada.
-Ahora que ha podido tomar distancia de "La que se avecina", ¿qué diría que implica esta serie en su carrera?
-Ha sido un regalo y lo sigue siendo, todavía quedan episodios por emitir de la nueva temporada. Judith [el personaje de la psicóloga que interpreta en "La que se avecina"] es un regalo para mí a todos los niveles.
-¿Echará de menos hacer de Judith?
-Por supuesto. Echaré de menos al personaje, al equipo, a la serie? a la comedia y a los guiones, que eran maravillosos. Pero fueron siete años?
-¿Necesitaba un cambio de registro?
-Efectivamente, el cuerpo me pedía otras cosas y he tenido la suerte de que me haya caído otro regalo, la reina Constanza.
-¿Cómo recuerda proyectos quizá más pequeños como la película "Días azules" o la serie "Cuarto sin ascensor" que también se rodaron en Galicia?
-Para mí no hay proyectos pequeños ni grandes. Cuando rodé "Días azules" le puse las mismas ganas que a Sally Bowles. Es el tiempo, la audiencia y las circunstancias lo que hacen que luego parezcan más pequeños. Pero yo tengo la misma entrega en todos mis proyectos como actriz. Dejo mi impronta en todos mis personajes y lo que viene después ya no depende de mí. Lo que pasó con "Cuarto sin ascensor" me pareció muy injusto porque era la primera sitcom que se rodaba en Galicia, y con mucha calidad. Creo que fue injusto no emitirla entera desde un principio.
-¿Es la mayor frustración para un actor?
-Es algo con lo que tienes que lidiar. No todo van a ser éxitos. A mí no me asusta el fracaso.
-¿Se lleva algo de todos sus personajes?
-Creo que todos los personajes que interpretas tienden a regalarte cosas como persona. De un tiempo a esta parte lo siento de una manera mucho más consciente. Quizá cuando era más joven los interpretaba de una manera más inconsciente y no sabía muy bien qué significaban y, a raíz de un momento, sí que siento que yo les aporto cosas pero me llevo de ellos muchísimas más. Es como vivir entre la realidad y el teatro.
-¿Cuáles son sus retos como actriz?
-Me gustaría trabajar en otros idiomas. Salir fuera y enfrentarme a personajes en inglés, francés o italiano. Ese es un gran reto que me gustaría conquistar.
