Los apicultores apremian ala Consellería de Medio Ambiente para que responda con agilidad a la solicitud que están tramitando para poder abatir a tiros, con escopetas de caza o con la ayuda de los agentes de esta administración, ocho nidos de avispas asiáticas en O Morrazo que se han ubicado en copas de árboles, a más de 30 metros de altura, a los que estos profesionales no acceden con los medios disponibles, como las pértigas, con las que llegan hasta los 25 metros. La Consellería de Medio Ambiente nada sabía ayer y remitía a Medio Rural.

La solicitud la está tramitando la delegación de la Asociación Galega de Apicultores en O Morrazo -Daga Morrazo- que insiste en que quien tiene que dar el permiso es de la Consellería de Medio Ambiente como competente en materia de autorizaciones de armas, aunque efectivamente es Medio Rural quien está llevando el control de la avispa velutina. El problema es que en la persona que autoriza el uso de armas fuera de la temporada de caza, está de vacaciones.

Pero los apicultores, tal y como señala José María Bello, responsable de Daga Morrazo, insisten en que si no se abaten ahora estos nidos, de aquí a finales de septiembre, dentro de un año se multiplicarán cinco. Bello recuerda que este tipo de lucha contra los nidos de avispa, mediante tiros, es una práctica que se realiza en el País Vasco para estos casos excepcionales.

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El protocolo, según explica Bello, consiste en abatir los nidos con perdigones, bien con la colaboración de cazadores de la zona o con los propios agentes de la administración.

"Los perdigones destrozan el nido. Es como meter unabomba en una sandía", relata Bello, quien iniste que con este método se matan muchas avispas y se destrozan los nidos. "Pueden morir un cuarto o un tercio de las avispas, incluso de las reinas, y a las que sobreviven no les damos tiempo a hacer otro".

Los apicultores están recurriendo a todo tipo de métodos para combatir la plaga de la avispa asiática y durante la campaña de trampeo ya probaron un sistema denominado "troyano" que consiste en capturar avispas e impregnar de insectida sus alas para que vuelen a los nidos y los maten.

Ubicaciones

Los apicultores tienen que proceder a la retirada de un nido en el edificio que alberga en Cangas el comedor social. También apareció otro en un árbol en A Lagoa de Vilariño, en O Hío, aunque a 10 metros de altura y con posibilidades de acceder bien; y está pendiente de retirar otro en Petís, en un eucalipto.

Por el momento, Daga tiene controlados hasta ocho nidos en copas de árboles a más de 30 metros de altura para los que se pide poder ser abatidos a tiros. Se trata de nidos que están dispersos por todo O Morrazo. Así, hay tres localizados en Cangas, otros tres en Moaña, uno en Bueu y otro en Marín. Los de Cangas están ubicados en el Alto da Portela, en Cangas, en el monte, frente a dos naves del polígono, y muy próximo a la carretra; hay otro en un eucalipto casi en la arena de la playa de Cova da Balea, en Aldán; y junto al regato del Bouzós, en la zona del viaducto del corredor, en el lugar de Agualeva, en la parroquia de Coiro. Los tres de Moaña están ubicados en un eucalipto junto a la PO-551 en la recta de A Borna; al final de las últimas casas de Couso, en Meira; y a unos metros de la capilla de San Benito, en Domaio. El nido de Bueu fue localizado en la zona del polígono de Castiñeiras, entre la nave de conserveras y una escombrera.