Evadirse del resto del mundo, dedicarse un poco de tiempo a uno mismo y relajarse sin ningún tipo de distracción. Esto suena bien, pero al mismo tiempo parece imposible de alcanzar. La clave está en buscar un hueco libre y el resto se puede conseguir con los mandalas, unos libros de colorear que cada vez son más conocidos por la sociedad.
Estas representaciones simbólicas originarias de India, cuyo nombre en sánscrito significa "círculo o rueda", existen desde épocas remotas y se han puesto de moda en un momento en que "está en auge todo lo que tiene que ver con el bienestar, la salud y el desarrollo personal", señala Silvia J. F. de Mandalas Creativos, "porque son una herramienta estupenda para trabajar todo esto".
El potencial de los mandalas para ayudar a las personas a alcanzar su bienestar también lo pone de relieve Laura Podio, una argentina licenciada en psicología y docente en el área artística. Los mandalas fueron "la primera herramienta antiestrés con la que me encontré en un viaje a India, los experimenté conmigo misma y eso me enseñó la potencialidad que tienen", explica Laura Podio.
Existen infinidad de tipo de mandalas, ya que cada persona puede crearlos o colorearlos con total libertad y, muchas veces, una representación con las mismas formas geométricas adquiere una imagen diferente en función del uso de los colores.
Pero "por ponerles una etiqueta podemos clasificarlos en función del lugar de procedencia (tibetanos, hindues, egipcios, etc.), por técnica de realización (zendalas, geométricos o mezcla de los dos anteriores) y algunos más específicos como los que representan los chakras", arguye Silvia J.F.
Por su parte, Laura Podio los clasifica en función de la cultura que los realiza y señala que la diferencia estriba en si "los utiliza como amuletos o símbolos religiosos, por motivos decorativos y estéticos o con fines terapéuticos".
Según la psicóloga Victoria Romero, este tipo de arte-terapéutico se utiliza "desde hace mucho tiempo en la Psicología Gestalt, pero ahora se puso en conocimiento". Este tipo de terapia se utiliza con personas de todas las edades, ya que como apunta la psicóloga "funciona muy bien con niños hiperactivos y en personas con ansiedad porque les ayuda a relajarse y a poner en orden las ideas". Asimismo, los mandalas también son muy recomendables para los ancianos, puesto que "ayuda a mejorar las capacidades cognitivas", añade.
No existe una manera correcta para colorear este tipo de representaciones, sino que cada uno puede hacerlo a su manera. La docente Silvia J. F. sostiene que para "expandirse, abrirse y sociabilizar se colorean desde el centro hacia afuera", mientras que la psicóloga dice que "es preferible colorear de afuera hacia adentro para encontrar el problema central".
El trazo con el que se colorea es otra de las señales que ayuda a los especialistas a detectar el problema de cada paciente. "Una persona agresiva traspasa el papel, mientras que el trazo de una que tenga el estado de ánimo bajo es más ligero", explica Victoria Romero.
Dibujar y colorear mandalas es una actividad "recomendada para todo el mundo", ya que como señala Laura Podio, autora de 36 libros acerca de mandalas, ayudan a parar el "diálogo mental" que todos tenemos habitualmente con el "estrés cotidiano".
