"En la adolescencia me di cuenta de que no me atraía el tema sexual como al resto de mi entorno. En pleno pavo, cuando se supone que uno anda más revolucionado, apenas me interesaba, en todo caso me interesaban las relaciones en un sentido más romántico'. Pensaba que era rarito o que era simplemente porque no me gustaba relacionarme mucho". Así recuerda Rafael sus primeras dudas respecto a su orientación. Hace cuatro años, sin embargo, el joven madrileño descubrió en internet que existía la asexualidad, la demisexualidad etc., "y gracias a eso me dije: 'ok, entonces no es cosa mía, tiene nombre y hay más gente así'", apunta. Rafael admite que es un tema complicado de explicar a la gente. "Al ser completamente desconocido tienes que explicarlo de cero cada vez ; esperamos al menos ir ganando visibilidad para que la gente que se identifique asexual pueda tener referencias", destaca.