Purificación no se esperaba ayer que su cumpleaños fuese a tener tanta transcendencia. Pero llegar a los 105 años bien merece una sorpresa. Esta viguesa de adopción celebró rodeada de hijos, nietos, sobrinos y demás familia un aniversario más especial que nunca.

Desde que le tocó soplar las velas de los 100, la familia de Purificación Cortés se reúne cada 5 de junio en Vigo para disfrutar de una comida y sorprenderla con una tarta.

Viuda desde hace cuarenta años, Pura, como la llaman en casa, no quería marcharse de su tierra natal, Ourense, pero tuvo que venirse a Vigo con su hija hace quince años, ya no estaba bien sola. Con todo, sus visitas a la aldea de Gresufe de Crespos, en el concello de Padrenda, son muy frecuentes. Cada fin de semana, si hace buen tiempo, Pura no perdona volver a su casa. Allí revive sus recuerdos y siempre que van le gusta pasear por la carretera que cruza este pequeño lugar de Ourense.

Se vino a Vigo con 90 años y todavía pudo disfrutar de tener cerca las playas. Como vive en el barrio de Coia, al principio iba mucho a Samil. Ahora, los años ya se le van notando más y no le apetece tanto moverse, excepto para ir hasta la aldea.

Purificación sale a dar paseos a diario por la zona de Coia, pero lo que más le gusta hacer por la tarde es ver la serie de Chuck Norris, "El ranger de Texas". "Siempre le gustaron las películas de acción", apunta uno de sus nietos. "Además, maneja el mando de la tele ella sola perfectamente. Si está viendo la serie no se le puede hablar porque no te atiende", cuenta.

Pura llega a los 105 años prácticamente sin medicación y en un estado de salud envidiable. Está completamente lúcida y su memoria parece intacta. Solo tiene que acordarse de tomar cada día una pastilla para controlar la diabetes. Y no ha perdido el apetito, como demostró ayer rodeada de sus seres queridos en el restaurante "O Richote" de A Guía.