Galicia registra una media de un suicidio diario. Un total de 321 personas se quitaron la vida en la comunidad gallega en 2015, lo que supone una tasa de 11,74 por cada cien mil habitantes, una de las más altas del país. Pese al ligero descenso respecto a 2014 -las muertes por esta causa bajaron un 18%-, la tasa se mantiene por encima de la registrada antes de la crisis económica, lo que plantea toda una serie de interrogantes, en ocasiones, sin respuesta. ¿Qué lleva a una persona a quitarse la vida? ¿El suicidio se puede prevenir? ¿Cómo se explica que Galicia tenga una de las tasas más elevadas de España? ¿Es cierto que este tipo de conductas son más frecuentes entre el género masculino? Y los niños, ¿también se suicidan?

La comunidad gallega cuenta, desde 2009, con una de las pocas unidades médicas dedicadas a la prevención y el tratamiento de pacientes con intenciones suicidas en España. Se encuentra en Ourense, y actualmente la integran una psiquiatra (Marina González), una psicóloga clínica (Teresa Reijas) y una enfermera especialista en salud mental (Amparo González). "Atendemos a pacientes que, o bien ya han protagonizado algún intento de suicidio, o han manifestado su intención de hacerlo", explica la psicóloga clínica Teresa Reijas, quien asegura que su grupo de trabajo persigue un doble objetivo: "Detectar precozmente el riesgo de suicidio desde Atención Primaria y reducir los reintentos, a través de terapia psicológica, para ayudar a esos pacientes a ser capaces de buscar otras alternativas".

Esta psicóloga clínica destaca el papel de los facultativos de Atención Primaria en la prevención del suicidio pues, asegura, "en torno al 60% de los pacientes que consumaron un suicidio habían acudido a la consulta de su médico de cabecera en el mes anterior". "De ahí que sea tan importante formar a los profesionales de Atención Primaria -la Consellería de Sanidade ha realizado varios cursos dirigidos a este colectivo en concreto- para que puedan detectar ese riesgo y derivar a los pacientes a los especialistas de las unidades de salud mental de sus respectivas áreas sanitarias", remarca la experta.

Esta especialista alerta, además, de que en el primer año después de un intento de suicidio, "aumenta considerablemente el riesgo de volver a hacerlo", de ahí que sea "fundamental" realizar un seguimiento a esos pacientes. "El tratamiento en nuestra unidad se prolonga durante unos seis meses y, al cumplirse un año, se vuelve a hacer una revisión, con independencia de que el paciente haya sido dado de alta ya en el Servicio de Salud Mental", explica la psicóloga clínica de la única unidad gallega de prevención de suicidios. También se trabaja con los familias, la otra cara de los suicidios, "siempre y cuando los pacientes den su consentimiento". "Abordamos sus preocupaciones, ya que muchas veces no saben cómo manejar la situación: algunos tienen sentimientos de culpabilidad, otros de angustia, e incluso hay quienes se muestran enfadados", afirma Reijas. "Lo que nosotros tratamos de hacer -continúa- es tranquilizar a las familias. En este sentido, es importante que aprendan a diferenciar los factores precipitantes de las causas del intento de suicidio. Una persona no trata de quitarse la vida porque su pareja le haya dejado o por haber perdido un trabajo, hay otras causas de fondo", sostiene la psicóloga clínica de la unidad ourensana, cuyo programa parece funcionar, a la vista de las últimas estadísticas.

Prevención

"La unidad lleva siete años en funcionamiento, un recorrido suficiente para constatar que la prevención puede funcionar en muchos casos, ya que Ourense es la única provincia gallega en la que las cifras de suicidio no han aumentado en los dos últimos años, sino que se mantienen, e incluso se han reducido los reintentos", apunta Teresa Reijas, quien aboga por exportar este modelo asistencial ourensano a todas las áreas sanitarias de Galicia. "El suicidio es un grave problema de salud pública; la propia Organización Mundial de Salud (OMS), en su Plan de acción sobre salud mental 2013-2020, insta a los países miembros a trabajar para alcanzar el objetivo mundial de reducir en un 10% la tasa de suicidios para 2020. ¿Si el mayor organismo sanitario mundial urge medidas para atajar esta problemática, por qué no se está haciendo nada?", cuestiona esta experta.

En la Unidad de Prevención de Suicidios de Ourense atienden a pacientes de todas las edades, "desde los 16, hasta cerca de los 100 años", indica la psicóloga clínica quien coincide con el Movemento Galego da Saúde Mental (MGSM) al reconocer que, en los últimos años, se ha producido un aumento de suicidios en menores y adultos jóvenes. "Hablar de perfiles o de causas no es importante para la prevención como sí lo es el incidir en la visibilización de esta problemática y en concienciar a la sociedad de que se puede hablar con el médico de este tema", recalca.