El primer ataque de los vikingos a las costas gallegas en el siglo IX fue el apasionante periodo de la Historia de España al que el historiador y divulgador José Javier Esparza trasladó ayer al público que acudió al Club Faro. El autor de "Los demonios del mar" desmontó muchos de los mitos que la gente tiene sobre los hechos históricos y la vida social y política de esta época. "Es un momento que me fascina y me impresiona", confesó. "A pesar de la bravura de los vikingos, los españoles consiguieron derrotarlos y gracias a todo lo que pasamos somos hoy como somos, un pueblo que aguantó y superó tantas adversidades", continuó.
Presentado por la periodista Ana Lago-Bergón -que alabó el acierto de Esparza en toda su obra "de conseguir acercar la historia de una forma muy actual y entretenida, al tiempo que ser fiel con los hechos históricos"- el escritor valenciano destacó la valía de unos hombres que "lograron levantar un reino como el asturiano frente al poder musulmán". Esparza dio además importancia a la iniciativa de numerosos campesinos de "atravesar los montes del Bierzo y los Picos de Europa para ocupar tierras del norte de Castilla y León; simples campesinos eran los que se empeñaron en repoblar un territorio casi despoblado y sufriendo los ataques del Emirato de Córdoba constantemente", describió. "Ese fue realmente el comienzo de la Reconquista y no la decisión política de un rey, como muchos hemos pensado siempre", advierte el historiador.
Y es en este panorama sobrecogedor, de guerra continua, en el que llegan, en el año 844, los vikingos por primera vez a España. "Después de haber sometido Irlanda y media Inglaterra, asolar Francia y sojuzgar nada menos que París y Nantes, los normandos desembarcan en la Torre de Hércules, en A Coruña", explica el autor.
En Galicia, los normandos serán derrotados por las huestes del reino de Asturias, "el primero en que se produjo la lucha entre el poder público de la Corona y el poder privado de los nobles", indicó Esparza.
Pasarán después a sangre y fuego Lisboa, Cádiz y Sevilla, -"atraídos por promesas de más tesoros en el sur musulmán"- pero también aquí terminarán vencidos por los ejércitos del emir Abderramán. "Y después arrasaron Sevilla, que tenía las murallas abiertas, y se instalaron allí y saquearon la zona hasta que Abderramán V logró formar un ejército fuerte y aniquilarlos".
Todo ello, resume Esparza, en un tiempo en el que crecían los grandes monumentos en las faldas del Naranco -de los que el autor mostró interesantes reconstrucciones que destacan la avanzada formación que tenían los arquitectos y el tipo de piedra formada a partir de un conglomerado de conchas, que por su ligero peso permitía bóvedas que no se hacían en ese momento en otros lugares- avanzaba la repoblación de Castilla, los cristianos intentaban la reconquista de León y el emirato de Córdoba vivía turbias intrigas políticas.
¿Pero por qué aparecieron los normandos en las costas de A Coruña? Esparza contó que realmente su primer desembarco fue en Gijón, "aunque allí no atacaron; su objetivo claro era Crunia (antigua Coruña) que en ese momento era como una isla, porque creían que la Torre de Hércules era un depósito de tesoros". Nada encontraron en el legendario faro romano, "porque nunca hubo nada en su interior, pero se encontraron con una tierra mucho más amable que la suya, y que Irlanda, y decidieron establecer una base. "Galicia era probablemente la zona más civilizada del viejo reino de Asturias pero el mayor problema es que se encontraron con un país en continua guerra y que era capaz en pocas semanas de levantar un ejército y hacerles frente".
En esta nueva novela, José Javier Esparza aborda este episodio fascinante de nuestra historia con una prosa bella y épica y desde el mayor rigor histórico. "Es la fascinante aventura de los normandos, que por primera vez abandonaron los mares del norte para sumergirse en mundos que les eran enteramente desconocidos. Y la no menos fascinante epopeya de aquellos que, en Galicia y en Córdoba, lograron lo que antes no habían conseguido los francos ni los sajones: frenar a los vikingos, vencer a los demonios del mar", destacó con orgullo.
Tan solo sobrevivieron finalmente unos pocos vikingos - "muchos murieron tras ser sometidos a terribles torturas", recuerda Esparza- y de esos escasos supervivientes, "se dice que se convirtieron en queseros, por lo que parece ser que hay aún hoy en día queso normando en el sur de España", concluyó con un toque de humor.
