Tres de cada diez casos de cáncer podrían tener detrás una nutrición deficiente, no por defecto sino más bien por exceso. Un 35% de diagnósticos de cáncer están asociados a una mala alimentación, según expertos consultados.

La obesidad puede considerarse una enfermedad multigénica, es decir, originada por la combinación de diversos genes, pero si existe una herencia nefasta a este respecto procede de la manera de comer y de alimentarse. Hábitos sobre tipo de alimentos, cantidades, combinaciones y horarios que hemos copiado de nuestros mayores y que enseñamos sin querer a nuestros niños.

Esta relación es casi un hecho probado para el presidente de la Sociedad Gallega de Endocrinología y Nutrición, Manuel Botana: "No puedo confirmar la cifra, pero sí que la obesidad se relaciona con una mayor incidencia de cáncer de endometrio y mama y el de colon, con la mala alimentación; especialmente con el bajo consumo de fibra y el exceso de carnes rojas".

Asimismo, la doctora Ana Bellón consideraría muy interesante comenzar a instruir, en la línea de lo que ya viene haciendo en las aulas en los parámetros básicos de una nutrición saludable. "El efecto espejo en la alimentación actúa de forma implacable", señala la doctora Ana Bellón. "Se enseña mucho más con el ejemplo que con la teoría y de padres mal comedores y sedentarios hijos con los mismos hábitos y por tanto más probable que sean obesos". La pandemia de obesidad continuará a escala planetaria si no se abandona el consumo de alimentos procesados, azúcares refinados y grasas trans. España se sitúa en segundo lugar en cuanto a niños gordos, por detrás de Grecia, a pesar de la dieta mediterránea.

Por contra, se han considerado "superalimentos" a los arándanos, el acai, la granada, la remolacha, el cacao o el salmón. El problema, aclara Ana Bellón, es que en las investigaciones llevadas a cabo para poder afirmar el beneficio para la salud de estos alimentos se tiende a emplear niveles muy altos de nutrientes que habitualmente no son alcanzables dentro de una dieta normal. Habría que consumirlos frecuentemente para obtener algún beneficio. Pero lo que sí se puede afirmar que la inclusión de esos alimentos en una dieta equilibrada nos beneficiará sin duda. Sí reconoce la eficacia de algunas consolidadas, como la Perrricone basada en cinco ingestas diarias de cinco alimentos ricos en proteínas, la pealodieta, que imita la forma de comer de nuestros antepasados evitando todo lo procesado, congelado y enlatado y, por último, la dieta del método Pronokal, que se basa en la pérdida de peso a expensas de grasa preservando la masa muscular y contribuyendo a eliminar la inflamación del tejido adiposo.