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Las conferencias de Club FARO

Josep Ramón Torrell: "Nadie deja de ser fumador; tiene que ser una lucha diaria"

El médico, uno de los mayores expertos en tabaquismo, asegura que "el fumador es la víctima de la adicción más potente que existe"

El público que asistió a la conferencia en el auditorio del Arenal. // Marta G. Brea

"Cuando se deja de fumar, y aunque no lo parezca, cada día es mejor que el anterior". Así lo aseguró ayer el doctor Josep Maria Ramon Torrell, uno de los mayores expertos en tabaquismo de nuestro país, que ofreció una interesante y amena conferencia en el CLUB FARO sobre el funcionamiento del cerebro de una persona fumadora y las estrategias para dejar el tabaco.

Durante casi treinta años Torrell ha visto infinidad de casos, lo que le permite afirmar que "dejar de fumar da felicidad, aumenta la autoestima y aporta una sensación de fortaleza y libertad". Pero, además, lo puede decir en primera persona ya que, según confesó al inicio de la charla "yo mismo dejé de fumar cuando fui a estudiar a Estados Unidos en 1992 y no he vuelto a hacerlo".

El doctor Josep Mª Ramón Torrel, responsable de la Unidad de Tratamiento del Tabaquismo del Hospital Universitario de Bellvitge y autor del libro "Los exfumadores somos invencibles", que va dirigido tanto a aquellos que han dejado de fumar como a aquellos que pretenden hacerlo, fue presentado por el doctor Rafael Vázquez, responsable de la Unidad de Tratamiento del Tabaquismo del Servicio de Neumología del CHUVI, que recordó que seis millones de muertes al año son provocadas por el tabaco y, de ellos, un millón son fumadores pasivos.

El invitado explicó cómo sin darse cuenta el fumador ocasional se engancha al tabaco pero deshacerse de él es solo posible si se tiene la determinación de hacerlo. Y es que, según destaca Ramón Torrell, "la adicción es una enfermedad cerebral que se desarrolla a lo largo del tiempo como resultado de una conducta inicialmente voluntaria pero este uso repetido modifica el cerebro de manera duradera y va a persistir incluso después de que no se produzca el consumo". "No podemos estar culpabilizando al fumador constantemente", advierte el experto.

Torrell insistió en que los fumadores son, ante todo, víctimas. "El fumador es la víctima de una industria enorme y es la adicción más potente que existe", asegura, al tiempo que recuerda que "nadie deja de ser fumador, igual que no deja de ser alcohólico, sino que deja de fumar o de beber; el cerebro no se recupera nunca, no es un problema de tiempo sino de memoria cerebral. Hay que tener una lucha diaria, hasta que llega un momento en que nos damos cuenta de que no es tan difícil", añadió.

De una forma sencilla y clara, Torrell explicó las distintas fases por las que pasa nuestro cerebro cuando dejamos de fumar. Así, durante las primeras semanas hay una primera fase de euforia y mucha motivación. A los 3 ó 4 meses comienza la fase de duelo, en la que la persona experimenta una sensación de pérdida de algo que le gustaba. "Nos empezamos a comer la cabeza con argumentos del tipo de: si no me hacía tanto mal, si me gustaba mucho, si mi abuelo murió muy mayor fumando", ejemplifica. Cuando se cumple el primer año, apuntó, "hay una fase de dificultad de gestionar las emociones y, durante toda la vida, la persona experimentará deseos repentinos muy fuertes de fumar aunque cuanto más tiempo lleve sin fumar, más fácil es controlar los estímulos", animó Torrell.

El experto asegura que saber lo que nos espera a cada paso nos ayuda a seguir sin fumar. "Aunque no todos experimentamos las mismas sensaciones". Ofreció además a los presentes unos datos importantes sobre algunas de las ventajas que experimentan las personas los primeros años después de fumar. Ya a las 24 horas de hacerlo, los pulmones comienzan a limpiarse. A las 48 horas, la persona recupera parte del olfato y gusto. Entre las 2 y las 12 semanas siguientes mejora la circulación y la salud de la piel. Cuando han pasado entre 3 y 9 meses sin probar el cigarrillo, desaparece la tos y mejoran las encías. Un año después, se reduce a la mitad la posibilidad de sufrir infarto y a los cinco años la persona ya tiene las mismas posibilidades de sufrirlo que un no fumador.Diez años después, las posibilidades de padecer cáncer relacionado con el tabaco se reducen un 50%. "No importa el tiempo que haga que hemos empezado a fumar, dejarlo siempre aporta un beneficio importante. No conozco a ningún fumador que lo haya dejado que se arrepienta", aseguró. De hecho, añadió, "las personas que dejan de fumar se sienten más fuertes y su autoestima y autoconfianza suben mucho porque se dan cuenta que han superado algo difícil para ellos".

El experto advirtió, por último, también que hay que ser muy cauteloso con los tratamientos milagro que prometen dejar de fumar sin dificultad y aseguran el éxito absoluto. "Todos conocemos a personas que han dejado de fumar tras una sesión de hipnosis, pero hay que tener presente que no hay ninguna evidencia científica para estos tratamientos y que habrían dejado de hacerlo igual tomando un caramelo".

"Dejar el tabaco siempre tiene que ser una decisión propia"

  • "El primer paso para dejar de fumar con éxito es tener la decisión de hacerlo por uno mismo, no por lo que los demás nos puedan decir", advierte el doctor Ramón Torrell. "Cuando veo entrar en la consulta a un matrimonio me echo a temblar, porque nunca sabes si realmente la persona quiere dejar de fumar o acude por la insistencia de su pareja. El apoyo del entorno próximo es importante, pero la decisión la debe de tomar siempre el afectado", insiste el experto.El siguiente paso, indicó, es prepararse. "Nos podemos tomar una semana para mentalizarnos de lo que vamos a hacer, pero no estoy a favor de ir dejando el tabaco poco a poco; esto es todo o nada. Quedarse en tres o cuatro cigarrillos al día no es posible porque nuestro cerebro volverá a pedir las cantidades a las que estaba acostumbrado", explica.El experto aconsejó que, una vez que se pasa a la acción, dejar de fumar, "tiene que desaparecer el tabaco de casa". Y, por último, "hay que tener continuidad, pensar que cada día las cosas van a ir mejorando".Según el experto, "si tenemos clara nuestra intención, estamos motivados, nos guían en las estrategias para identificar y resolver situaciones de riesgo, reaprendemos a hacer nuestra vida diaria sin fumar -que no significa en absoluto dejar de tener relaciones sociales- y controlamos los síntomas físicos por la falta de nicotina, tenemos un 60% de probabilidades de éxito".El médico destacó que no es una buena opción evitar situaciones para no caer en el tabaco "aunque a veces, en casos extremos, puede ser la única estrategia". En su opinión "lo mejor es modificar situaciones desencadenantes como tomar el café a otra hora o cambiar de sitio el ordenador y tener siempre presentes las razones que nos han llevado a dejar de fumar".

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