Ricardo Lombana, abogado y periodista panameño especializado en materia corporativa y comercial y en asuntos legales relacionados con los medios de comunicación, libertad de expresión e información y periodismo, asiste estos días, indignado, a la revelación de los llamados "papeles de Panamá", que en su opinión ha asestado el golpe más duro de la historia a la reputación del país del canal.

-Es abogado, fundador de un reputado despacho, consultor de medios de comunicación y periodista con su propio programa de televisión. ¿Crear sociedades "offshore" entra en su actividad?

-Pues no. En mi despacho vendemos sociedades a personas de carne y hueso a las que podamos mirar a los ojos. Estos días en mi país tenemos una doble discusión. A algunos les interesa difundir estas revelaciones para desprestigiar a Panamá. La realidad es que somos un país atacado, que se siente víctima. Los llamados "papeles de Panamá", hablan de sociedades repartidas por el mundo.

-Así que no todos los abogados panameños son iguales...

-Me he mantenido alejado de ese negocio. Lo considero arriesgado y desde el punto de vista de la práctica jurídica no era lo que me interesaba.

-Son el país del canal, críticos con regímenes de Latinoamérica, como el venezolano, y con una relación especial con Estados Unidos. ¿Teme que este escándalo desgaste el prestigio de Panamá en foros como la Organización de los Estados Americanos?

-En efecto, somos un país muy diferente y particular al resto de la región. También somos muy distintos a otros estados considerados paraísos fiscales, por ejemplo las Islas Vírgenes Británicas, Bahamas o Islas Caimán, territorios de mínimas dimensiones, donde no hay otra actividad económica aparte de la societaria. Panamá es un país en toda regla, con cuatro millones de habitantes, el canal, una economía pujante, un notable sector agrícola y logístico y muchísimas actividades económicas y comerciales. En definitiva, un estado con todos los problemas de un país.

-Al que añaden ahora ser sospechosos de crear sociedades al margen de la legalidad...

-Es otra confusión. En Panamá se está dando un debate interesante sobre cómo se ha cubierto esta información y su repercusión en la opinión pública, que hoy piensa que Panamá es un país que vende sociedades a delincuentes.

-¿Lo considera injusto?

-Muy injusto. La reputación internacional de Panamá ha sufrido el mayor golpe en la historia del país. Somos un componente más de un problema global que involucra a muchos. Esas publicaciones han demostrado que los principales bancos en los que esas sociedades tenían las cuentas son entidades europeas que abrían paso a las empresas.

-¿Los panameños se sienten atacados?

-Nos sentimos un poco frustrados por ese manejo centralizado en Panamá, un lugar en el que da la impresión de que todos los ricos del planeta pueden esconder su dinero impunemente. En la lista de los principales paraísos fiscales Panamá no está en el top. Sí lo están Estados Unidos y el Reino Unido. Pero claro, eso no es consuelo, nuestra defensa no puede ser llamar hipócritas al resto.

-Usted apoya la actitud del presidente Varela ante Hollande, que pretende incluir a Panamá en la lista europea de paraísos fiscales.

-Tenemos que revisarnos internamente para lograr dar la vuelta a todo esto, a fin de que pueda revertir en un cambio de legislación. El presidente ya anunció la formación de un comité técnico para estudiar el asunto. Tal vez sea una oportunidad.

-¿Qué opinarán los poderosos despachos dedicados a crear sociedades opacas?

-El debate va a producirse en un escenario en el cual están enfrentados quienes quieren mantener el statu quo y miembros de la comunidad jurídica, convencidos de que el mundo ya cambió. Algunos despachos mantienen, incluso, que hay que dejar de dar ese tipo de servicios para potenciar el país como gran centro logístico.

-¿Quién tiene interés por desestabilizar Panamá, a pocos meses de la inauguración de la ampliación del canal?

-Es imposible no concluir que hay algo de manipulación. Todo parece indicar que Estados Unidos participa en esto. Se sabrá. En junio se inaugurará la obra del canal. Al menos Panamá será noticia por algo agradable.