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La Sociedad de Alergología aconseja cómo actuar

Expertos alertan de que el cambio climático aumenta la alergia al polen en menores

Cada vez hay más casos de tres años y uno de cada cinco niños de entre 13 y 14 años sufre polinosis - En primavera suben las visitas a urgencias pediátricas por crisis de asma

Los parques infantiles a menudo están poblados con especies arbóreas que florecen en primavera. // I.O.

El cambio climático ha aumentado los casos de alergia al polen en niños cada vez más pequeños, según la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), por el ascenso de las temperaturas medias, que alarga las épocas de polinización y las intensifica. También, la modificación en los estilos de vida ha provocado un incremento de la predisposición a sufrir alergia a edades cada vez más tempranas, según el grupo de trabajo de alergia respiratoria de la citada sociedad.

Un estudio español recién publicado en la revista Environmental Monitoring and Assessment concluye que las mayores concentraciones de polen se registran entre febrero y junio, por lo que son los meses más críticos para las personas alérgicas. "De hecho es en esta época cuando más aumentan las visitas a urgencias infantiles por crisis de asma", destaca el doctor Javier Torres, coordinador del grupo de trabajo de alergia respiratoria de la SEICAP. Uno de cada cinco niños de entre 13 y los 14 años en todo el mundo sufre alergia al polen, según el Estudio Internacional de Asma y Alergia en la Infancia. "Sin embargo, cada vez hay más casos de pruebas positivas con tan solo tres años", subraya.

El calentamiento de la superficie terrestre "es responsable del aumento de la densidad de especies vegetales en algunas zonas, de la cantidad de polen producido por cada una y del alargamiento de la temporada de polinización", señala el doctor Torres.

Así, durante la primavera, polinizan la mayoría de plantas que producen alergia. Sin embargo, "debido al cambio climático muchas lo adelantan o incluso lo extienden durante el verano", apunta. Una investigación australiana reciente publicada en Current Opinion in Allergy and Clinical Immunology confirma que el ascenso de temperaturas, las precipitaciones y el clima más extremo permiten estaciones de polinización más largas, lo que da lugar a una mayor exposición de estos alérgenos.

La polinosis o alergia al polen se manifiesta en forma de rinitis, conjuntivitis y asma, "a causa de la reacción exagerada de la mucosa de las vías respiratorias al contacto o inhalación de pólenes", afirma el doctor Torres. Los síntomas más frecuentes son prurito nasal, ocular, faríngeo, en el paladar; lagrimeo; estornudos; secreción y obstrucción nasal; tos u obstrucción bronquial.

Una revisión de estudios publicada en diciembre en la revista Multidisciplinary Respiratory Medicine destaca que la urbanización, los altos niveles de emisiones de los vehículos y el estilo de vida occidentalizado se relacionan con una mayor frecuencia de alergia respiratoria, sobre todo en personas que viven en zonas urbanas. "Hay una serie de causas multifactoriales, como el cambio climático, los nuevos estilos de vida, la excesiva higiene, que están provocando, no sólo un aumento de las alergias infantiles al polen, sino en general.

¿Rinitis o asma?

De hecho, es significativo el incremento de las causadas por alimentos, o de la rinitis y el asma", advierte el doctor Torres. Según datos de la sociedad experta en Alergología, la rinitis alérgica afecta a uno de cada tres niños, mientras que el asma lo sufren uno de cada diez.

Otro factor a tener en cuenta es la contaminación procedente de la combustión del gasoil, que empeora los síntomas de los niños con rinitis alérgica o asma. "Multiplica la irritación de las vías aéreas y favorece su inflamación, potencian la acción alergénica de los pólenes y facilitan la acumulación de mucosidad", indica Torres.

En cuanto al tratamiento puede ser sintomático con antihistamínicos o broncodilatadores inhalados o antiinflamatorio cuando existe inflamación de la mucosa nasal o bronquial. "Es conveniente el tratamiento preventivo desde el inicio de la primavera hasta el final", aseguran médicos consultados. Estos medicamentos tratan solo los síntomas, "por lo que deben combinarse con inmunoterapia específica mediante vacunas con proteínas procedentes del polen y cuya función es inmunizar al menor para que precise menos medicación", apostillan.

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