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Las conferencias del Club FARO

Luis Castellanos: "Las palabras positivas pueden salvar vidas"

El filósofo e investigador afirma que la felicidad no se busca y que el futuro no existe, sino que se crea

El filósofo Luis Castellanos (dcha.) fue presentado por Avelino Muleiro. // José Lores

¿Quiere vivir más tiempo y con una mejor calidad de vida? Llene su vida de palabras positivas. Esta es la invitación que hizo el invitado de ayer del Club Faro Luis Castellanos, filósofo e investigador vasco, autor de "La ciencia del lenguaje positivo", al público que abarrotó ayer el auditorio del Antiguo Rectorado de Vigo. Teniendo esto en cuenta, la principal conclusión es que "hay que cuidar del lenguaje, porque el lenguaje cuidará de ti".

"Las palabras positivas hacen más bella a la persona, pero además, y lo que es aún más importante, favorecen nuestra salud y nuestra longevidad", afirmó Castellanos, a quien presentó el catedrático de Filosofía Avelino Muleiro.

Castellanos aseguró que no sirve con llenar el discurso con palabras positivas como amor, alegría, ánimo..., sino de habitarlas. Sin una palabra está deshabitada pierde todo su sentido, advirtió el fundador y director de El Jardín de Junio, centro impulsor de investigaciones en el campo de la neurociencia cognitiva aplicada a la empresa.

Y no lo dice porque sí. Investigaciones científicas avalan la relación que existe entre el lenguaje y la percepción que tiene la persona del mundo que la rodea, el poder que tiene el lenguaje positivo para mejorar las vidas de las personas. "Son investigaciones pioneras que acreditan que el lenguaje y las palabras que elegimos tienen una importancia vital respecto a la gestión de nuestras emociones y sobre las decisiones que tomamos. Las palabras pueden llegar a salvar vidas", dijo.

Según los estudios científicos realizados por el equipo de especialistas que dirige Castellanos, las palabras positivas producen una mayor capacidad de concentración, de atención, de creatividad y de perseverancia. "El lenguaje positivo favorece comportamientos que hasta ahora no habíamos tenido. Sin embargo, muy poca gente habla con palabras posivitas", afirmó. Por ello, el conferenciante abogó por incluir la enseñanza de las palabras positivas en el currículum escolar.

Castellanos invitó al público a despojarse del lenguaje con el que viaja y a incorporar el suyo propio, "sin copiar a nadie", advirtió el filósofo, para quien el lenguaje construye las historias de cada uno. "Se dice que hay que encontrar la felicidad y se habla de futuro, pero encontrar la felicidad, ¿dónde? La felicidad no se encuentra, se crea. El ser humano es un ser sin terminar porque el futuro no existe. El destino se crea y nosotros somos los inventores y los creadores de nosotros mismos", afirmó. Y apoyó estas palabras con una frase del director de la Real Academia Española, el escritor y filólogo gallego Darío Villanueva: "Lo más sublime que se puede hacer con las palabras es la creación".

Cogiendo como referente al premio de Economía Daniel Kahneman y su obra "Pensar rápido, pensar despacio", el filósofo vasco preguntó: "¿Qué es lo que más nos preocupa? La historia de nuestra vida y que esta sea una buena historia, con un protagonista leal. ¿Y cómo podemos construir esa historia? Primero tomando conciencia del lenguaje que empleamos, y después regulándolo", explicó porque, según este filósofo, el lenguaje positivo también se entrena.

Luis Castellanos aseguró que sus investigaciones en el plano del lenguaje y la neurociencia tienen como finalidad crear de herramientas eficientes para conseguir que la gente sea más feliz. Para conseguir esta meta, Castellanos y dos de sus colaboradores: Diana Yoldi y José Luis Hidalgo, escribieron "La ciencia del lenguaje positivo", una obra que en su primera parte aborda la ciencia de las palabras positivas, y en la segunda establece "un plan de vuelo" a modo de guía para el entrenamiento del lenguaje positivo, con ejercicios. "El libro aporta explicaciones basadas en hechos científicos que avalan el poder del lenguaje positivo para mejorar nuestras vidas, nuestra salud, nuestra productividad y nuestra creatividad", insistió. Y es que el lenguaje mejora las relaciones con el mundo que nos rodea y con nosotros mismos. "En gran parte, la felicidad depende de la capacidad que tenemos de relacionarnos con los demás", afirmó.

Castellanos, con una amplia experiencia como consultor e instructor en el desarrollo de empresas y personas, relató algunas de sus experiencias en este campo, pero también personales. Habló de su madre, con alzhéimer, y como cada vez que pregunta por algo, aunque sea una palabra repetida, la contestación es la misma que la primera vez. "No les digáis que ya lo ha preguntado. Los tres segundos durante los que recuerda la respuesta son suyos. Dejad que los disfrute. No importa que ya lo haya preguntado", aconsejó a quienes tengan familiares con esa enfermedad.

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