El Colegio Menela, de educación especial y orientada a la atención al alumnado con el trastorno del espectro del autismo (TEA), cumple 40 años. Han sido cuatro décadas en las que ha sido un referente en Galicia y en los que ha visto cómo ha evolucionado la atención a los niños autistas. Para festejar este especial cumpleaños, dará una fiesta mañana día 7 en el Auditorio del Concello de Vigo. La estrella será la Orquestra Castro Navás, compuesta por personas adultas con TEA, antiguos alumnos del centro. Además, el día 9, en el Teatro Afundación, habrá un concierto solidario del dúo Pilar y Arabel Moráguez (voz y piano), presentado por Uxía Blanco.

El director de este colegio, Cipriano Luis Jiménez Casas, recordaba ayer los primeros pasos que se remontan a antes del año 1976. "Yo -recordaba ayer- estaba especializándome en Suiza. Quien era mi mujer, tenía una hermana con autismo, que se llama Menela. Por eso, el centro lleva su nombre. Su familia pensó en la posibilidad de que una vez regresáramos de nuestra especialidad en Ginebra tratásemos de montar en Vigo un centro para las personas con autismo".

Jiménez Casas se refirió a aquellos tiempos como "una época de muchas carencias" en lo que respecta al conocimiento sobre el autismo. "En Galicia, no había prácticamente nada. Los inicios fueron muy elementales", aclaró.

Como primer paso, surgió la busca de un lugar idóneo donde asentar el centro educativo. En un inicio, Coruxo surgió como solución. Allí, alquilaron un chalé con una pequeña finca donde comenzaron a trabajar. Ana Rodríguez, Cipriano y Remedios Parga. Esta última, jubilada ahora, era la persona que atendía a Mendela.

Unos pocos años después, en 1981, el colegio pasó a ubicarse en Alcabre donde prosigue. Un año importante en su historia fue 1987 cuando logró la autorización oficial de la Xunta para ser centro concertado de educación especial.

Ahora, en 2015, el colegio forma parte de un entramado hilvanado por una fundación homónima y que incluye diferentes servicios de diagnóstico, atención temprana, apoyo terapéutico, atención a familias y también seguimiento de adultos con el Centro de Día y Residencial Castro Navás, en Priegue, en el concello de Nigrán.

Para comprender estos cuarenta años de avances, se hace necesario recordar cómo ha evolucionado la visión del trastorno y de quiénes lo padecen así como de sus familias. "Hubo una inflexión a partir de los años 90 -rememoró Cipriano Jiménez- cuando comenzaron a conocerse investigaciones sobre el autismo señalando su componente genético, neurobiológico. Ahora, sabemos que el autismo es un trastorno orgánico, desde el nacimiento, que se puede manifestar en los primeros meses de vida y eso repercute en los sistema de atención. Pero, antes, pasamos por una época en la que había una corriente que creía que las causantes o culpables del trastorno eran las familias. Eso se descartó. El autismo, ahora llamado Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) es un problema de nacimiento provocado por múltiples causas".

Para el director general de la Fundación Menela, también ha mejorado "muchísimo" el diagnóstico temprano del trastorno. Una vez se sabe el diagnóstico y se realiza un informe exhaustivo del niño afectado, se puede orientar si precisa un apoyo terapéutico, valorando si es precisa una educación en un centro de educación especial u ordinario o combinado, pero sin rigideces y adaptándose a cada momento.

Un momento difícil es el fin de la etapa escolar y así lo reconoce Jiménez. "Para el centro de adultos buscamos un sitio en Priegue, con 50.000 metros cuadrados para tener actividades al aire libre. Lo importante es que sean activos, que hagan lo que les gusta. A las personas con autismo, cuando les gusta un tema, son unos trabajadores impresionantes, están muy a gusto", explicó. Allí, conviven y realizan talleres agropecuarios, lavandería, cocina o arte.