La inmadurez del cuarentañero es un tema recurrente en la última comedia norteamericana, con ejemplos sobresalientes como "Virgen a los cuarenta" de Judd Appatow, la grisácea "Funny people", también de Appatow, o esa obra maestra que se titula "Hermanos por pelotas" de Adam McKay. Que Tina Fey y Amy Poehler, dos de las cómicas más importantes que nos ha regalado USA en los últimos veinte años, acaben en ese tema parece completamente lógico. En este filme interpretan a dos hermanas, una más loca y la otra más tímida y conservadora, que, con vida ya desecha a los cuarenta, se niegan a que sus padres vendan su casa de infancia y deciden celebrar su última fiesta allí con sus excompañeros del instituto. Obviamente, todo el tinglado se les irá muchísimo de las manos, siguendo las reglas canónicas de "El guateque" de Blake Edwards.

Que habría que ver qué narices pasa con la generación sin futuro que ahora entra en los cuarenta sería algo planteable en nuestro país en este momento pero en Estados Unidos todavía más. La ilusión de los primeros, que somos nosotros, nunca ha existido, reventada por las crisis, mientras que en los segundos, inmediatamente incorporados al mundo laboral, siempre ha estado ahí, carburada con saña por el Sueño Americano. Otra cosa es afrontar la realidad, y la realidad casi siempre suele llevarte a tus excompañeros del instituto. Con "Hermanísimas", Fey y Poehler afrontan además el papel de la mujer en todo este tinglado de cumplir años, con las exigencias, los tiempos y los modales ya pedidos de fábrica, y nos lo cuentan en una comedia brillantísima. El salvajismo humorístico que despliegan en el largometraje y que afecta directamente a la desmitificación de sus intelectos, de sus físicos y de su moralidad, debería ser digno de estudio como deconstrucción de la persona en su medio camino vital dentro de la sociedad de consumo en la que todos compramos. Los méritos de Moore se centran en rodearlas de actores espléndidos conocidos (Leguizamo, Brolin o Maya Rudolph) y desconocidos y dejarlas que hagan. Esta maniobra inteligentísima significa humor verbal, humor físico, gags musicales y esa extraña circunstancia, triste a (pocos) ratos en los que "Hermanísimas" es triste, de ver a dos mujeres que se dan cuenta tarde del lugar que llevaban ocupando en el mundo.