Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ricardo García Zaldívar: "El Tratado de Libre Comercio va a arrasar los derechos ciudadanos"

Alerta de que las transnacionales usarán el acuerdo que negocian EE UU y la UE para echar atrás legislaciones sociales y ambientales

Ricado García Zaldívar, presidente de Attac España. // Gustavo Santos

El presidente de Attac España es uno de los activistas, legisladores, defensores de derechos sociales y expertos en relaciones internacionales que alertan de los efectos del Tratado Trasatlántico de Libre Comercio e Inversión (TTIP por sus siglas en inglés), negociado prácticamente a puerta cerrada entre la UE y Estados Unidos. Ricardo García Zaldívar participó ayer en la Semana Galega de Filosofía, que se celebra en Pontevedra, para advertir de que este acuerdo pone en peligro "el poquito estado de bienestar que tenemos respecto a otros países".

-¿Qué es el Tratado Trasatlántico de Libre Comercio e Inversión?

-La verdad es que en Europa ha tenido que ocurrir esta circunstancia para que la ciudadanía de a pie empiece a interesarse por los tratados, porque llevábamos más de 20 años en los cuales la Unión Europea firmaba tratados a nuestras espaldas. De ellos la ciudadanía no nos enterábamos o no nos interesaba porque a los que estaba afectando básicamente eran a países de América Latina, africanos o asiáticos, hasta este momento la ciudadanía no se ha enterado y ahora empieza a darse cuenta de que son una vuelta de tuerca más de un sistema movido por las grandes transnacionales.

-¿Qué buscan las transnacionales con el TTIP?

-Lo que quieren es libertad de comercio porque según ellos el tratado favorece al desarrollo económico y al crecimiento, lo cual mucha gente en Europa y nosotros decimos que es una falacia, pero hasta este momento no habíamos llegado a esa concienciación. Estoy en Attac desde hace 15 años y desde hace 3 llevamos denunciando esto, pero hasta este momento no habíamos conseguido que la ciudadanía se preocupe, ahora si porque, claro, la ciudadanía ya se ve afectada.

-Nos hemos tenido que enterar por Wikileaks...

-Si, también, por Wikileaks nos hemos enterado de algunas particularidades porque realmente estos tratados son de una opacidad absoluta, prácticamente no se traslada nada a los ciudadanos ni a los medios de comunicación, pero cuando se han dado cuenta de que esto podría perjudicarles han abierto un poco el canal de información, de manera que ahora hay un poquito más de posibilidad de conocimiento público, en cualquier caso lo que tenemos que tener en cuenta es que el TTIP es una maquinaria que va a arrasar todos los derechos ciudadanos y ambientales, las luchas que ha habido en los últimos años 20 años en Europa para conseguir garantías, por ejemplo una cierta seguridad en la alimentación, seguridad en lo que nos recetan las farmacéuticas.

-¿Pero qué es finalmente este tratado? ¿Es cierto que se impondrá a las leyes de los estados, que por ejemplo habrá nuevas legislaciones sobre los alimentos?

-Vamos a ver, aquí hay un tema de poder, lo más grave de esto es que cuando hay un contencioso porque la ciudadanía, un país o un ayuntamiento no está de acuerdo con una actuación acude a los tribunales, el problema es que esos tratados roban esa capacidad de que los tribunales del país diriman la cuestión y se lo llevan fuera, a unos tribunales que no son tales sino unos consejos de arbitraje donde actúan personas que no son jueces y que en un momento determinado pueden castigar a un estado a pagar 2.000 millones de dólares porque han considerado que se incumplen cláusulas del tratado.

-¿Es lo que le ha ocurrido a Uruguay con una tabacalera?

-Es si lo que le ha sucedido a Uruguay, obligó a Philip Morris a poner en las cajetillas que el tabaco es perjudicial para la salud, esa ley fue posterior a un tratado y la tabacalera demandó al estado, si, le pide los 2.000 millones de dólares por ese cambio. Eso nos da una prueba de que estamos ante un verdadero peligro cuando la maquinaria de los bufetes grandes de las transnacionales se ponen en contra de un pueblo, un estado y una legislación, porque eso es lo que ocurre.

-¿Cuánto tiempo llevan alertando de los efectos del tratado?

-Otras organizaciones llevamos ya 3 años haciendo ver a la ciudadanía de que algo nos amenaza, de que ya no es algo que afecta a los demás, que ya no se trata de que haya más aranceles, no es nada de eso, sino una ofensiva concreta para dañar determinadas cuestiones (legislaciones, protecciones etc) que para las transnacionales son grandes problemas porque les impiden ganar más dinero.

-¿Cuál es el papel de España en este tema?

-Ha cedido su soberanía y los temas de tratados internacionales y de comercio es la Comisión la que está negociando, pretendidamente defendiendo los intereses de las transnacionales europeas frente a los de las norteamericanas, y la ciudadanía de uno y otro lado está fuera de esas negociaciones. Si se consiguen acuerdos es gracias a modificar legislación, lo que se busca es una desregulación, más que una bajada de aranceles que es normalmente lo que perseguían antes los tratados, pero entre EE UU y la UE casi no hay aranceles.

-¿Qué es la llamada cooperación regulatoria?

-Es algo todavía más grave: es que el tratado busca introducir que las transnacionales, los grandes lobbys, se sienten con los legisladores a la hora de redactar la normativa? Se busca un retroceso de las legislaciones para facilitar el máximo beneficio y el tratado es uno de los mecanismos, que no el único, para que eso se haga.

Compartir el artículo

stats