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Emilio Urberuaga: "El mundo digital es estupendo pero a mí no me interesa"

"Potencialmente todos somos ilustrados porque cuando tú lees un libro te lo imaginas"

El ilustrador Emilio Urberuaga. / Isabel Ramón

Emilio González Urberuaga (Madrid, 1954) comienza su trabajo como ilustrador y autor de libros infantiles en 1982. Premio Nacional en 2011, ha ilustrado muchos de los libros de Elira Lindo.

-¿Es la infancia un lugar al que durante todo la vida intentamos regresar?

-No sé los demás, pero desde luego yo sí. Existe una frase que dice que "no hay más patria que la infancia". No sé si volver, pero sí volver a ser. Volver no tiene sentido, pero volver a ser sí porque la infancia es la arcadia. No tienes preocupaciones, sólo piensas en jugar a saltar el burro, dónde ir a correr al día siguiente? La sensación de ligereza que tienes cuando eres niño no la vuelves a tener en la vida. Cuando eres niño crees que puedes volar cuando vas corriendo, eso no regresa?

-No obstante, ha dicho que la ilustración le permite una libertad que no esperaba.

-Es verdad. Pero era comparándola con el ámbito de la pintura. La ilustración en el ámbito infantil te permite una gran libertad de técnicas, que no de contenidos, que es más relativa. Pero de técnicas sí, de enfocar cualquier giro plástico, utilizar acrílico, lápiz... En cuanto a técnica te permite una libertad muy grande que es de agradecer.

-Y de temas, ¿por qué no?

-Porque hay determinados temas que nos puedes tratar, no porque los niños sean tontos, sino por los referentes que tenemos los demás. El que se dedica a trabajar para los adultos se dirige a un mundo que tienen un "background" muy cercano al suyo. Si haces guiños literarios o de cualquier tipo, sabes que lo van a entender. Cuando te diriges a un ser humano de cuatro años no ha llegado a ello, puedo meter un guiño a Malévich que un niño no va a comprender, aunque pasados los años, cuando ese pequeño vaya a un museo diga: "Esto me suena, ya lo he visto en un libro que hizo el tonto este". Por eso, tengo la sensación de que ciertos adultos se equivocan cuando se dirigen a los niños; primero que los tratan como si fuesen tontos con el diminutivo, que es una cosa que odio, y luego porque estos adultos se llevan chascos al ver que no les entienden. ¡Pero cómo lo van a entender, si son muy jovencitos!

-¿Qué tipo de temas le gustaría tratar en sus ilustraciones y no puede?

-Yo no me censuro. A veces hay imágenes iconográficas que todos tenemos en nuestra mente que ya no puedes utilizar. Cuando antes dibujabas un marinero en alta mar era casi inevitable ponerle una pipa en la boca, algo que no te dejarían seguramente ahora, lo que me parece absurdo. Una cosa es hacer apología de algún tipo de vicio o servidumbre y otra cosa es esconderlo todo, nos cargaríamos así toda la literatura.

-En alguna entrevista ha mencionado que existen tres tipos de lectores y, entre ellos, los que no tienen imaginación, que son quienes agradecen las ilustraciones...

-He dicho en alguna ocasión que hay varias formas de entender o de leer las imágenes. Hay personas a las que la imagen le molesta. Potencialmente todos somos ilustrados porque cuando tú lees un libro te lo imaginas, aunque no todos tenemos la habilidad de llevar eso que piensas al papel, eso ya es un oficio. Existen otras personas que tienen una gran capacidad para saber disfrutar del texto y al mismo tiempo de la imagen, independientemente de que ésta no case con su imaginación, pero saben admirar el trabajo del ilustrador o la ilustradora. Y hay un tercer grupo -siempre tenemos que circunscribirlo al ámbito de los niños porque nuestros libros son para prelectores-, a quienes las imágenes les ayudan a comprender la historia.

-¿El estar bombardeados de imágenes a través de internet nos ha robado esa imaginación?

-La imaginación no, lo que ha quitado es el tiempo de reflexión. Todas las generaciones tienden a pensar que lo que les toca vivir cuando son adultos es horrible. Es verdad que objetivamente hay muchas cosas horribles, pero lo que falta es eso, reflexión, y reflexión en los libros y más en soporte papel. El hecho de tener el libro en papel te da un tiempo mayor para reflexionar. Todo es tan inmediato, tan rápido... pasamos de leer una noticia en la red a que alguien nos habla en Facebook y queremos saber lo que nos dice o tenemos el WhatsApp abierto y debemos coger el móvil, no hay tiempo. En el fondo esto se sustancia en el miedo, la gente tiene miedo, necesita tener una especie de cordón umbilical que le una con algo. Sirve para tener esa sensación de que no estás solo en ningún momento y, además, el hecho de ir por la calle con un móvil te ayuda a no enterarte de lo que te rodea, con lo cual te inhibes de interactuar.

-El director de "El País" dice que el papel está sentenciado. ¿Usted cree que será así?

-El papel no va a desaparecer. En prensa seguramente desaparecerá porque hablamos de cuestiones puramente económicas. Si puedo acceder a toda la prensa a través de la red no voy a comprar un periódico en papel.

-Pero con los libros pasa lo mismo.

-Sí, pero el libro tiene más calado, porque el periódico es inmediato y muere. El papel, al menos en los libros, no va a desaparecer. El libro te permite esa reflexión, al repasarlo, al volver a leerlo?

-¿Y eso no se puede hacer en una tablet?

-Es más difícil, porque tienes que poner más sentidos en ello. Es como analizar un libro mientas ves una película.

-¿Cómo se vive este cambio hacia la digitalización en el sector de la ilustración infantil?

-A mí me da igual, sea en soporte papel, en una plancha de plástico, un trozo de cristal, todo esto habrá que dotarlo de contenido. Este tema no me angustia. En pocos años veremos niños en la bañera con libros basados en esas realidades virtuales que puedes arrugar, se podrá mojar los libros. No obstante, siempre habrá alguien que querrá el papel. Aunque no será el papel el que marque la tendencia, será la realidad virtual. Yo no he entrado en el mundo digital porque no me interesa, y no porque crea que sea malo o no me guste, me parece estupendo, pero a mí me gusta mancharme las manos, me gusta disfrutar, pelearme con las ilustraciones. No practico deportes de riesgo pero por lo menos me enfrento al papel en blanco que me encanta. Yo trabajo en papel, luego que lo impriman en lo que quieran.

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