Estrella Lorenzo y Javier Picón celebraban el año pasado sus bodas de plata en Nepal cuando les sorprendió el terrible terremoto que dejó más de 8.000 muertos y el país completamente devastado. El matrimonio, que reside en Chapela, tuvo suerte y logró sobrevivir.

Sin embargo, lejos de olvidar la tragedia y retomar sus vidas, la pareja decidió que tenían que ayudar de alguna manera a todas esas personas que lo habían perdido todo.

Así, junto a otros 32 supervivientes españoles, escribieron el libro "Cuando Nepal tembló. Relatos de supervivencia" -que ayudó a financiar el concello de Redondela- con el objetivo de recaudar fondos para los damnificados. En total, consiguieron reunir 11.000 euros, que ahora invierten en cinco proyectos diferentes para ayudar en la reconstrucción del país asiático.

La pareja -pagando el viaje de su propio bolsillo- se desplazó el pasado día 15 a Katmandú, donde estarán hasta el próximo día 29, para supervisar en persona los proyectos en los que han invertido el dinero. "La llegada fue bastante dura porque encontramos el aeropuerto casi en las mismas condiciones en las que lo dejamos hace un año. Han desescombrado pero no han reconstruido nada", destaca el redondelano.

La pareja recorre estos días los cinco proyectos en los que han invertido el dinero. Entre ellos están la reconstrucción de 56 casas en Bhaktapur con el Círculo de Cooperación. También colaboran con la construcción de casas en Dhola, junto al Monasterio de Shempen. Otro proyecto es en Khokana, en colaboración con Mitrata Nepal España, y consiste en un centro de formación para mujeres, una guardería y una clínica de planificación familiar. Participan también en el Proyecto Hugging Nepal, con la construcción de dos escuelas en zonas en las que no hay ni agua ni electricidad. Por último, ayudan al alpinista Kilian Jornet en la reconstrucción de unos pueblos en Langtang.

Javier y Estrella volvieron también el pasado sábado al Monkey Temple, el lugar exacto en el que el año pasado estaban cuando sucedió la tragedia y acompañados por el mismo guía turístico, con el que han trabajo amistad. "Nos cobijó como si fuésemos su propia familia y eso es algo que no se olvida", aseguran.

También tuvieron ayer un encuentro con un Lama de un monasterio de la zona, que quería conocer el libro y felicitarles por el proyecto. "Es muy satisfactorio poder conocer en persona las familias a las que podemos ayudar y asegurar a los que nos apoyaron con el libro que su dinero va directo a estos proyectos", concluyen.