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Las nuevas tecnologías aplicadas a la rehabilitación

Un videojuego para aprender a sonreír

Un programa basado en la tecnología empleada en los videojuegos ayudará a los niños con parálisis cerebral a mejorar la ejecución de gestos comunes como la sonrisa y el beso

Dos usuarios de APAMP, delante de un ordenador. // Adrián Irago

La parálisis cerebral es un trastorno que afecta a las habilidades motoras, el tono muscular y el movimiento de los músculos. En condiciones normales, las personas aprenden a mover sus músculos de una manera coordinada y pareja. Pero no para alguien con esta afección encefálica, ya que no es capaz de controlar completamente las funciones del sistema motor. Esto hace que resulte muy difícil, si no imposible, realizar actividades cotidianas como vestirse, caminar, hablar e incluso alimentarse correctamente y gesticular. Para que los niños con parálisis cerebral puedan ejecutar gestos tan básicos pero a la vez tan importantes para la comunicación como sonreír, fruncir el entrecejo o emitir un beso es fundamental que realicen ejercicios de rehabilitación facial.

Ahora, un equipo de investigadoras de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) de Madrid ha desarrollado un programa de terapia facial basado en la tecnología de los videojuegos. Con la ayuda del sensor comercial Kinect 360 -usado en los videojuegos para interactuar sin contacto físico con la consola-, las desarrolladoras han creado SONRÍE (Sistema de terapia basado en KiNect paRa nIños con parálisis cErebral), un programa que incluye una serie de juegos para detectar distintos gestos faciales -soplido, subida de cejas, beso y sonrisa- de forma que se logre, en primer lugar, una mayor precisión en la detección y, posteriormente, una mejora terapéutica en los movimientos del rostro y en la expresión facial.

Concepción Somoza, gerente de la Asociación de Familias de Personas con Parálisis Cerebral (APAMP) de Vigo, asegura que las nuevas tecnologías se presentan como grandes aliados de las personas con parálisis cerebral. "Pueden ser la herramienta de la que dispongan para desempeñar papeles que, de otra manera, no serían posibles, aumentando su independencia y su participación activa. Les ofrecen una alternativa para poder realizar actividades por sí mismos que antes no podían hacer", explica.

Según Somoza, el empleo de las nuevas tecnologías se traduce en una mayor autonomía personal en actividades de la vida diaria, de educación, de ocio y de integración laboral. "Por ello, es fundamental incorporar en la atención a las personas con parálisis cerebral el entrenamiento con estos productos y favorecer el uso en diferentes situaciones y contextos de su vida diaria", asevera.

Dentro del entrenamiento al que se refiere Somoza se englobaría SONRÍE, que incluye cuatro juegos pensados para ser realizados por niños con este trastorno. Los gestos faciales, que se estimularán mediante juegos en SONRÍE son cuatro: subida de ambas cejas, soplido, beso y sonrisa. Los juegos desarrollados pretenden explorar primero y trabajar después los músculos encargados de cada uno de los gestos señalados, de forma que se logre una mejora terapéutica en los movimientos faciales realizados. Su repetición hace que se produzcan nuevos aprendizajes y nuevos esquemas cerebrales de movimiento. Además permite al niño ser parte activa del proceso, lo que contribuye a mejorar su autoestima y su satisfacción personal.

"Es importante que los niños participen activamente en las sesiones de tratamiento y las nuevas tecnologías pueden ser una buena forma de conseguir su motivación e implicación para lograr los objetivos de la terapia", opina.

Aunque diseñado para niños con parálisis cerebral, el programa puede adaptarse a pequeños con otros trastornos que afectan al tono y al control muscular, como síndrome de Down, de Moebius o distrofias.

Concepción Somoza: "Hoy existen más servicios y productos, aunque no son asequibles a todos"

  • Las nuevas tecnologías son una valiosa herramienta para las personas con parálisis cerebral, una afección con una incidencia de 2 o 2,5 casos por cada mil nacimientos. Sin embargo, también pueden resultar dolorosamente discriminatorias para quien no puede acceder a ellas, denuncia la presidenta de APAMP, asociación sin ánimo de lucro que atiende a 105 personas con parálisis cerebral y discapacidades afines en sus distintos servicios: centro de atención infantil, centro ocupacional, centro de día y servicio residencial."Antes tener acceso a una silla de rueda eléctrica, subirse al autobús, establecer relaciones sociales por las redes era impensable. Hoy estos servicios y productos existen en el mercado, pero resultan carísimos y no están al alcance de todos. Esto hace más duro pensar que una persona que podría tener una vida mucho más autónoma no puede por una cuestión económica", se lamenta.Para Somoza, las nuevas tecnologías tienen que ser asequibles. "Si consideramos que las principales limitaciones de las personas con parálisis cerebral para participar en el entorno se encuentran en el desplazamiento, la manipulación, la comunicación y el acceso a la información, podemos hacernos una clara idea de la importancia de la tecnología para que tengan la posibilidad de relacionarse y comunicarse de forma sencilla y directa, desarrollando así su autonomía, potenciando su participación social y reforzando su condición de ciudadanos en igualdad de condiciones", afirma la gerente de APAMP, que el próximo año cumplirá cuarenta años."Necesitamos que se destinen presupuestos para el desarrollo e investigación en el área de accesibilidad física, de la comunicación y de las tecnologías de apoyo, añade.

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