El noventa por ciento de la información que recibimos cuando conducimos es a través de la vista, de ahí que las condiciones visuales sean determinantes para un buen rendimiento al volante, especialmente en condiciones de escasa visibilidad. A pesar de esta estrecha relación entre calidad de la visión y la seguridad en carretera, hay estudios que apuntan que el 25% de los españoles entre 18 y 30 años nunca se ha sometido a un examen visual. Lo recomendable, sin embargo, es que se realicen cada año durante la infancia y la adolescencia, cada dos entre los 20 y los 45 o 50 años, y a partir de esa edad, de nuevo anualmente. "Aunque si queremos viajar con todas las garantías no estaría de más realizarnos una revisión antes de salir de viaje, al igual que hacemos la puesta a punto a nuestro coche", recomienda el presidente del Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia, Eduardo Eiroa.
Aprovechando la operación salida de Semana Santa, el colegio gallego insiste en la importancia de examinarse la vista antes de ponerse al volante para evitar desagradables sorpresas y recuerda que la revisión oftalmológica se puede realizar de una forma rápida y sencilla en las ópticas gallegas adheridas al convenio "Ollo cos ollos", puesto en marcha por el colegio profesional en colaboración con la Consellería de Sanidade y el Servizo Galego de Saúde.
Eiroa recuerda que muchas personas prefieren viajar en horario nocturno para los desplazamientos largos o simplemente la noche les sorprende al volante. Y en condiciones de baja o mala visibilidad es donde los posibles defectos sin corregir o corregidos inadecuadamente pueden jugarnos una mala pasada. "La agudeza visual en visión nocturna se reduce a un 70 por ciento, mientras que el sentido de la profundidad es siete veces menos eficaz por la noche que durante el día", indica el presidente del Colegio, Eduardo Eiroa. Esta reducción en la calidad visual se debe, explica, a que desde un punto de vista evolutivo, los ojos todavía no están adaptados para la visión nocturna.
"En condiciones de poca luz , como por la noche o con la niebla o la lluvia, se puede sufrir visión borrosa, deslumbramiento y otra serie de problemas visuales", explica.
Es lo que se conoce como "miopía nocturna", un fenómeno que se da de manera universal en el ojo humano y que aumenta los problemas de percepción y reduce la capacidad visual para ver bien a media y larga distancia. Otra complicación asociada es que se pierde sensibilidad al contraste, algo que dificulta distinguir figuras sobre un fondo poco iluminado, como peatones, señales o animales. En cifras de accidentes, esto se traduce en que casi tres de cada cuatro atropellos se producen por la noche.
Estos problemas se agudizan si se tiene un defecto de visión como miopía o hipermetropía son corregir. "Si tienes una agudeza visual normal y no tienes ningún problema refractivo, de noche vas a ver peor porque la luminosidad es peor, pero te vas a desenvolver bien. Pero por la noche, cualquier defecto de visión se agudiza considerablemente. Tú puedes tener un problema refractivo sin corregir que puede hacerte perder un 15 o un 20% de la agudeza visual por el día, pero te apañas porque las condiciones de visibilidad son buenas. Pero de repente, te encuentras en la carretera de noche y te encuentras con una pérdida de la agudeza visual del 30% con respecto a la visión corregida, y esto se traduce en una situación de gran inseguridad al volante", advierte el oftalmólogo.
Un estudio del Grupo de Investigación en Visión Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid revela que uno de cada tres automovilistas podría ver mejor, aunque lo ignora, mientras que uno de cada veinte ve muy mal y también lo ignora.
Para salir de dudas y garantizar una visión óptima para una conducción óptima, es hacer una puesta a punto, también ocular antes de coger la carretera.
