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Tully, un pariente cercano de la lamprea

Un estudio de la Universidad de Yale identifica al animal prehistórico como vertebrado y lo empareja con el pez marino, uno de los manjares de la cocina gallega

Reconstrucción del monstruo Tully

Aunque solo medía 20 centímetros, se le conoce con el nombre de monstruo Tully. Su aspecto, casi incomprensible, le ha merecido este apodo. Y es que este extraño animal, que habitó el planeta hace al menos 300 millones de años, es uno de los seres más extraños que se han descrito. Conocida oficialmente con el nombre de Tullimonstrum gregarium, esta extraordinaria criatura, hasta ahora considerada un invertebrado, está emparentada con la lamprea moderna.

Sus dientes estaban situados al final de una larga y estrecha probóscide, similar a la trompa de un elefante, su boca se asemeja más a una enorme pinza y sus ojos se posaban sobre una especie de delgada barra situada en la mitad del cuerpo. Desde que el coleccionista de fósiles a quien debe su nombre, Francis Tully, encontró el primer espécimen, en una mina de Illinois, 1958, los investigadores han tratado de identificarlo.

Hasta este momento, se consideraba un invertebrado, aunque no había consenso sobre si era un molusco, un antrópodo, un gusano o incluso un insecto. Ahora, por primera vez, un equipo de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut (EE UU) ha logrado identificar al animal, según el estudio que publica la revista "Nature".

Y, aunque físicamente no se parece demasiado a la lamprea, morfológicamente presenta muchas similitudes, tantas como para que el cladograma -metodología que va agrupando caracteres para ver qué especies las tienen en común- determine que ambos animales están estrechamente emparentados.

"Uno de los elementos para determinar que el monstruo Tully era un vertebrado, y no un invertebrado como se creía, ha sido la presencia de notocorda, una de las características de los vertebrados, aunque en la mayor parte de las especies solo existe durante el desarrollo embrionario. Sin embargo, en el caso de la lamprea, y en el de ese animal también, la notocorda persiste en el individuo adulto", explica Manuel Ángel Pombal, profesor titula de Biología Molecular de la Universidad de Vigo y experto en lamprea.

Para la identificación de este animal prehistórico, el equipo de científicos analizó más de 1.200 ejemplares de los 2.000 que conserva el Museo Field. A través del mapeo con el sincrotón, una herramienta muy eficaz en el análisis de fósiles, pudieron concluir que tenía agallas y notocorda, que hasta entonces se había identificado como un resto de intestino.

"Lo que no permite saber el cladograma es cuál de los dos se originó antes. Tampoco quiere decir que estos animales hayan dado lugar a la lamprea o al revés, sino que hubo un ancestro que dio lugar a ambos, probablemente primero al monstruo Tully y después a la lamprea", asegura Pombal. Y como esta, no tiene estructura ósea.

Como rasgos morfológicos más destacables que ambos seres comparten, el profesor de la Universidad de Vigo destaca las aberturas branquiales, aunque en distinto número: la lamprea tiene siete a cada lado del cuerpo mientras que el monstruo de Tully tiene solo cinco, según el estudio.

"Un rasgo curioso de las lampreas y de los mixines, y parece ser que del monstruo Tully también, es que sus miembros son impares, al contrario que el resto de vertebrados. Los peces pueden tener una aleta central, pero luego tiene aletas pares, pero el monstruo tiene una aleta caudal y otra, solo una, en la línea media", explica Pombal. Otro rasgo en común es la falta de mandíbula, aunque los dos tienen dientes córneos. "Incluso han visto dos pares de dientes en la parte inferior y lo que podría ser una lengua, modificada, también de dientes, algo que también tiene la lamprea", añade. Ambos animales comparten también el sentido del olfato, ya que el animal de Illinois presenta, como la lamprea, una abertura nasal. Ambos tienen una estructura alargada, cuerpo gelatinoso y carecen de escamas.

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