Uno de los rasgos que confieren al monstruo Tully su extravagante aspecto es la larga y estrecha probóscide que acaba en una boca a modo de pinza asimétrica -la parte inferior es algo mayor- y dentada. Sin embargo, hay animales que también tienen probóscide, como el elefante -su trompa es una probóscide- y las mariposas.

Sus ojos, situados a ambos extremos de una especie de barra rígida, también son una característica llamativa del monstruo Tully que tiene similitudes en el mundo animal moderno. El profesor Manuel Ángel Pombal apunta a los cangrejos, aunque los de estos son móviles y los del animal de Illinois parecen ser rígidos.

Aunque los fósiles analizados datan de algo más de 300 millones de años, Pombal se inclina a pensar que el monstruo Tully es más antiguo que la lamprea, un animal con 500 millones de años de antigüedad. "Los fósiles datan de 300 millones de años, pero el animal se ha generado mucho antes, y probablemente antes que la lamprea", asegura este profesor de la Universidad de Vigo, quien asegura que la lamprea es uno de los animales más fascinantes por su capacidad de adaptación. "Es un animal con muy pocas necesidades, lo que le permite sobrevivir a condiciones extremas. Si hubiese otra glaciación sería el último animal en extinguirse", asegura. Actualmente existen 41 especies de lamprea, parásitas y no parásitas. Su tamaño medio es de 20 centímetros, al igual que el monstruo Tully. La marina, sin embargo, es mucho mayor y puede llegar a alcanzar el metro de longitud.

Parte del enigma del monstruo Tully está ya resuelto, aunque aún quedan otras incógnitas por despejar, como la forma de alimentarse y de moverse, apunta el profesor de Biología Molecular de la Universidad de Vigo.