Más dinero del que se esperaba y más víctimas de supuestos abusos sexuales de lo que inicialmente se sospechaba. Tras año y medio de investigación, el Juzgado de Instrucción 1 de Tui ha levantado el secreto de las actuaciones sobre la asociación Orden y Mandato San Miguel Arcángel tras recibir el informe encargado a la Agencia Tributaria sobre las finanzas del grupo.

La fortuna sin declarar que a base de donaciones habría amasado Feliciano Miguel Rosendo, un seglar casado y fundador de la denominada secta de Oia, y los supuestos abusos sexuales y orgías de los que fueron víctimas con fin "purificador" algunas de sus adeptas, entre las que habría una menor de edad en el momento de los hechos, centran el grueso de la investigación judicial sobre los Miguelianos que llegó a tener 400 seguidores antes de que el obispo de la diócesis de Tui-Vigo, Luis Quinteiro Fiuza, destituyera de sus funciones al líder del grupo y poco después suprimiera la asociación debido al "grave escándalo" causado.

Con Miguel Rosendo han sido imputadas otra decena de personas, muchas de su núcleo más próximo en la asociación y que en algunos casos están consideradas también como víctimas de supuestos abusos sexuales. El último en declarar en calidad de investigado ha sido el sacerdote madrileño Ignacio Oriol, que abandonó a los Legionarios de Cristo tras descubrir los abusos sexuales a menores cometidos por su líder, el sacerdote mexicano Marcial Maciel. Oriol, que pasó de testigo a investigado, fue interrogado la semana pasada en el juzgado de Tui sobre su mecenazgo y supuestas donaciones millonarias de su fortuna familiar a Miguel Rosendo, a quien conoció tras el escándalo de Marcial Maciel. El sacerdote, que facilitó el traslado de Rosendo y el pequeño grupo de adeptas que le siguió a Madrid tras su suspensión por el Obispado, no sería el único benefactor económico de los Miguelianos. Unas donaciones que algunas fuentes cifran en millón y medio de euros.

La causa judicial se sigue por presuntos delitos de asociación ilícita, contra la Hacienda Pública y abuso sexual, éste último solo con respecto al considerado líder de la organización, Feliciano Miguel Rosendo da Silva, que se encuentra en prisión provisional desde diciembre de 2014.

Entre los investigados (antiguos imputados) figura su mano derecha, la falsa monja Marta Paz -ninguna de sus adeptas han sido ordenadas bajo el amparo de la Iglesia pese a vestir hábito-. Detenida con Miguel Rosendo en Madrid, quedó en libertad con comparecencias semanales en los juzgados. El resto son también miembros de la organización, como un matrimonio de la junta de gobierno, y otro formado por un ingeniero y su mujer, que era la abogada de la asociación.

Una de las sorpresas del sumario es el número de mujeres que han reconocido abusos sexuales por parte del líder de la asociación. Algunas víctimas, muy próximas a Rosendo en la cúpula de Orden y Mandato, negaron inicialmente en el juzgado tales prácticas, si bien después comparecieron voluntariamente para retractarse y declarar los abusos. Muchas chicas habrían declarado también bajo secreto.

Padres y familiares de jóvenes captados por Rosendo encargaron al despacho de detectives Investigación Zentral de Vigo un informe sobre los Miguelianos que resultó demoledor y fue puesto en conocimiento del Juzgado de Tui al detectarse indicios de posibles delitos. Algunos de los adeptos denunciaron abusos sexuales, físicos y psicológicos y tacharon a la orden de "secta destructiva". Describieron a su líder como un visionario con dotes de seducción que durante años habría tenido "engañados" a sus correligionarios y a la propia Iglesia.

Orden y Mandato de San Miguel Arcángel fue reconocida por la Diócesis de Tui-Vigo en julio de 2009 como asociación pública de fieles con derecho diocesano. La Diócesis tuvo conocimiento de unas supuestas "irregularidades" denunciadas por el que había sido capellán de la asociación durante 7 años, y nombró a un visitador canónico. Luego llegó la suspensión de Rosendo y la supresión de la asociación. Meses después fue detenido e ingresó en prisión.