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El pediatra sirio que huyó de la guerra y se doctoró en Santiago

Ayham Alshweki se convierte en el primer investigador de Oriente Próximo que finaliza su formación en el Erasmus Mundus Peace

El doctor sirio Ayham Alshweki, en el centro, junto a los directores de su tesis. // USC

Coger las armas o huir de su país. El pediatra sirio Ayham Alshweki tuvo muy clara su decisión cuando terminó en Damasco su especialidad en Pediatría. Tenía que irse de su tierra porque, al no haber cumplido con el servicio militar, iba a ser obligado a coger las armas y participar en una guerra que rechazaba.

El pediatra viajó hasta Santiago de Compostela en 2013 y, gracias al programa Erasmus Mundus Peace 2 -del que la Universidade de Santiago (USC) es la coordinadora en España y única implicada en nuestro país- acaba de doctorarse con sobresaliente cum laude, convirtiéndose en el primer investigador de Oriente Próximo en completar su formación gracias a este programa, que tiene entre sus objetivos la promoción del diálogo y el entendimiento entre distintas culturas a través de la cooperación académica.

Su tesis de doctorado -desarrollada en las unidades de investigación del Servicio de Neonatología el Hospital Clínico Universitario y del departamento de Pediatría de la USC, bajo la dirección de los profesores José María Fraga, Mª Luz Couce, Alejandro Pérez y María Rosaura Leis- estudia la influencia de la alimentación durante los primeros meses de vida en los neonatos prematuros (de menos de 1.500 gramos de peso), en especial en lo referido a su desarrollo mental. "Hemos llegado a la conclusión de que los prematuros alimentados durante la lactancia con leche enriquecida con ácido araquidónico (Omega 6) presentan un mejor desarrollo psicomotor", destaca el investigador.

Alshweki realizó un seguimiento de dos años a los prematuros para llegar a estas conclusiones y, aunque insiste en que "la mejor alimentación, sin duda, es la lactancia materna, la leche que mejor imita sus propiedades es la enriquecida con Omega 6 y con Omega 3".

A pesar de la fantástica acogida del trabajo del profesional sirio en Santiago, no tiene asegurado su futuro. "Llevo un año con trámites para ver si me convalidan el título y puede llevar varios años. La beca se me acaba en mayo y luego tengo que encontrar trabajo... queda mucho por luchar", asegura.

Si la situación mejora en Siria, a Alshweki le gustaría volver, ya que es donde están sus padres y sus dos hermanos. "En la capital la situación no es segura, pero es mejor que en otros sitios del país. Mis hermanos pueden ir al colegio pero la mayoría de los jóvenes escapan por la misma razón que lo hice yo", concluye el doctor.

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