Casi una cuarta parte de la población gallega sufre algún tipo de alergia, de las que entre el 15 y el 20% son respiratorias (al polen o a los ácaros del polvo). Unas patologías que, pese a que se pueden controlar mediante tratamiento, los expertos piden no menospreciar. "Son dolencias que no son tan dramáticas como un infarto pero que influyen en la calidad de vida del paciente. Hay alérgicos que tienen problemas para dormir y son patologías que pueden llegar a ser socialmente incapacitantes, alterar el sueño, influir en el trabajo...", señala el alergólogo gallego Antonio Parra.

Este especialista reconoce que el número de alérgicos se ha disparado en las últimas décadas, algo que asegura va ligado "al desarrollo de los países". "Cuanto más desarrollada está una zona, más alergias existen", sostiene aunque asegura que hay un techo y por ello, en zonas como los países nórdicos, la cifra de afectados ya se ha estabilizado. "Existen diferentes hipótesis pero se cree que cuando hay un nivel de desarrollo e higiene alto, el sistema inmunológico está muy tranquilo y comienza a atacar a elementos que no debería. Se sabe por ejemplo que quienes trabajan con animales o tienen varios hermanos tienen menor riesgo de ser alérgicos. Parece que ciertas infecciones, protegen", explica este especialista, quien asegura que prueba del repunte de alérgicos es que los casos de asma "se han duplicado en diez años".

Según Parra, todavía hay muchos alérgicos sin diagnosticar y que confunden sus síntomas -rinitis, ojos llorosos o estornudos frecuentes- con un catarro. "Si sólo se producen en primavera es posible que sea alergia al polen y si son algo continuo puede ser a los ácaros", explica Parra, quien anima a consultar al médico ya que hoy en día hay tratamientos muy eficaces.